He estado varias semanas sin publicar nada y todo es debido al ingreso nuevamente a la facultad pero parte de la culpa de estar ausente es debido a un enganche tremendo a Shin Megami Tensei: Strange Journey. Este título fue de los primeros en ser reseñados en esta casa para la portátil NDS y como bien recordarán estaba convertido en toda una perra por motivos muy sencillos; en ese tiempo no podía avanzar más gracias a uno de los muchos jefes cabrones que tiene el juego y dado que las mecánicas no las dominaba acababa fulminado como una vil mosca en un turno.
Ahora bien, después de más de un año le volví a poner huevos al asunto y aquí estamos, puedo decir con muchísimo orgullo que he terminado el juego para poder ponerme con otros títulos de aquí en adelante… desde hace varios meses lo había comenzado con las mecánicas de juego ya totalmente pilladas y con una guía en mano –cuando vean el puto mapa de Eridanus sabrán los motivos indispensables de utilizar una para evitar hernias cerebrales- me adentré de nuevo a esa puta pesadilla.
Los resultados han sido muy satisfactorios, he terminado uno de los mayores retos que me ha impuesto el mundillo y ha sido tan brutal el pique que durante la última semana de vacaciones básicamente no jugué otra cosa; la obra engancha como pocas veces lo hace un RPG y olviden esa constante pesadez o monotonía que suele aparecer en este género a la hora de participar en cientos de combates para subir de nivel y cambien la frustración de los clásicos combates contra el jefe de zona por un pique inusual gracias a esas ganas de destruirlo.