Tenía milenios sin actualizar el blog y con justa razón, las cosas se pusieron muy complicadas en mi vida si hablamos en términos generales, la verdad… pero vamos, son de esas cosas que al final te hacen más espabilado, te replanteas algunas cosas y –como no- sales más curtido y maduro, ya sé que no es algo que importe en lo absoluto para aquellos que vienen a leer mis dagas pero hasta cierto punto necesitaba dejar nota en este espacio, digo… es mi puto blog y me lo cojo cuando quiero.
Al asunto de esta semana. Contra siempre ha sido una de las sagas con mayor estima en esta casa a pesar de que precisamente estemos ante la primera entrada dedicada a tratar sobre uno de sus juegos. En los tiempos de NES rompieron los moldes al ofrecer un título épico en todos los sentidos; gráficos espectaculares, una banda sonora de infarto, una mecánica de juego divertida a la par de sencilla y completa, pero lo que terminó por romper el molde e impulsar el título de Konami al Olimpo de la crema y nata de los videojuegos fue su fantástico multijugador, implementado de una manera magistral dándonos un equilibrio divino entre momentos donde la ayuda extra viene como agua de mayo o al contrario… convirtiendo la partida en una competencia por joder lo máximo posible –el nivel de desplazamiento vertical en la cascada es el perfecto ejemplo- . El bestial éxito de la primera entrega, con versiones en todas las plataformas posibles aunque la de NES es la más famosa, le valió para consagrarse y lanzar juego tras juego en diversas plataformas.