2017 ha dejado muchos buenos juegos y a pesar de ser uno de los años en los que menos he podido jugar también es aquel en donde más títulos de estreno (o sea los que han salido desde enero de ese mismo año) he podido probar. Hace varios días se cerró el círculo de aquellas obras que me parecieron lo mejor del 2017 independientemente de su fecha de lanzamiento y ese último gran juego que abordó en el Top (el cual publicaré después en febrero) fue Prey, que para sorpresa mía fue una de las experiencias más potentes del año, teniendolo en más estima que otros pesos pesados como Persona 5 u Hollow Knight.
Prey tiene cosas para enmarcar y cosas que realmente no están para tirar cohetes, pero las primeras llegan a encandilar tanto que podemos dejarles pasar buena parte de los errores, como ese gunplay tan tosco y poco satisfactorio que pasa a segundo plano gracias a la ingente cantidad de habilidades y posibilidades para afrontar obstáculos, enemigos o acceso a zonas que creemos imposibles de alcanzar, junto con un diseño de niveles asombroso que se codea con Dark Souls, Resident Evil o Super Metroid… además es bonito y me recuerda muchísimo a Bioshock en ese sentido.
Pero aquí no vengo a contar linduras del juego, sino a “ragear” como hace mucho tiempo que no hacía y es que pasé de estar enamoradísimo de Prey a considerarlo una putísima mierda en cuestión de minutos. Venga, entrada cortita pero necesaria para mi corazón.
Rara vez me encuentro con un error catastrófico, de esos que te joden la partida pero literal y que te hacen plantearte un poquito cambiar de pasatiempo, así a bote pronto tengo amargos recuerdos con mi primera partida de The World End With You que sufrió una corrupción de datos porque soy un idiota y no evité que se descargara mi consola justo en el momento de guardado, o mi partida de Batman Arkham City que así por las buenas se jodió en la PC y que decidí desinstalarlo de mi ordenador jurando jamás volver a tocarlo. Ambos episodios son muy lejanos pero en ningún caso había avanzado tanto como para lamentarme de verdad; pero luego llego Prey a enseñarme que en este mundillo hay ocasiones donde se sufre y se sufre de verdad.
>Prey comienza siendo muy duro y apenas explica cosas que realmente sean útiles para el jugador, además los primeros enfrentamientos contra los peligros de la propia nave y los Tifón, los enemigos alienígenas, representan el clásico “mete puño” al estilo de “vamos a visitar el cementerio lleno de calacas encantadas con espada apenas iniciamos la aventura a ver qué pasa” de Dark Souls. Esto se traduce en muchas horas en un ejercicio de prueba y error que tiene resultados maravillosamente cómicos con finales abruptos; en muchas ocasiones nunca supe qué me mató.
Con un poco de pericia, paciencia e insistencia uno logra salir más o menos bien librado de todo lo que el juego te va lanzando a la puta cara y a pesar de que muchas de las horas que tenía en esta primera partida eran agónicas lo estaba disfrutando cual perra; igual como uno que disfruta la asfixia erótica… sin embargo para la hora 6 de juego pasó algo que no podría sortear, un error catastrófico que rompió el juego.
Mi avatar de Morgan se dirigía hacia TUGS una zona del juego que puede accederse después de un tortuoso camino por Psicotrónica, donde enemigos del tamaño de un gorila y rápidos como su puta madre merodean por todos lados. Me las había apañado para ir justito de munición y ya contaba con un buen puñado de habilidades que me servían para apilar cosas pesadas y hackear terminales simples; como siempre, yo tenía los huevos de corbata al salir para TUGS, luego de una pantalla de carga laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarga como todas las de este condenado juego, noté que más allá de la interfaz de juego no cargaba imagen alguna, permaneciendo todo en una oscuridad total que sinceramente me desconcertó un poco… así que opté por reiniciar el juego. La partida carga normal y me dispongo de nuevo a entrar a TUGS, ahora sí se logra cargar todos los elementos en pantalla, a excepción de el arma que portaba, camino un rato y al notar el error trato de cambiar de arma mediante la ruleta de selección y el juego truena justo en una zona de guardado automático, me temo lo peor.
La propia consola manda un aviso de que el juego no puede cargarse y se ha cerrado la aplicación, así que apenas puedo vuelvo a cargar el juego para presenciar el fiasco. Según yo, el juego contenía varios slots de guardado automático, al verificar el estado de los datos descubro que todos están corruptos y desde el menú el juego da aviso con la leyenda de “los datos del juego están dañados, se procederá a eliminarlos”.
El progreso de dos días directo a la basura, en situación normal yo estaría asqueadísimo y seguramente habría puesto el juego en la estantería para jamás volver a tocarlo pero JODER, me estaba gustando tanto… así que luego de varias vuelta al asunto decidí darle una segunda oportunidad. Aquí descubrí que el juego una vez le pillas el tranquillo se vuelve tu puta, lo que antes había conseguido en 6 horas lo pude lograr en poco más de 2 horas con un equipo mucho mejor y con 5 partidas de guardado en diferentes puntos para evitar otra tragedia. Pude acceder a TUGS y continuar sin ningún problema.
Pasado varios días y con un avance constante llegué a las misiones finales. Una consiste en ayudar a un grupo de agentes a limpiar la zona, la recompensa de hacer dicha tarea es poder acceder a un área bloqueada dentro de la zona de carga que es indispensable para seguir la historia… o eso se supone porque a pesar de cumplir con la misión jamás me abrieron las puestas.
Investigando que había pasado me topé con un hilo que describia el mismo problema… y se trataba de un bug fatal que afectada a un NPC del otro lado de la puerta encargado de darte acceso a esta área, yo al leer esto más que enojarme y reventar en ira me causó una pereza enorme todo, ya habiendo pasado por otro calvario días antes estaba a punto de olvidarme del juego para siempre; hasta que se me prendió el foco. Decidí poner a prueba mi astucia y con los elementos del escenario fabriqué un puente que llevaba a un balcón desde el cual podría bajar a donde se supone tenía que dirigirme, las cosas marcharon bien, gracias a contenedores y espuma dura que el propio cañón Gloo producía pude sortear un error que a todas luces es un jode partidas si no llegas con ciertas habilidades y decides recurrir a mi “parche”.
A partir de este punto juro que iba todo el puto rato con el Jesús en la boca, acudiendo a mi lado más religioso cada vez que se activaba una misión principal o entraba a otra zona del mapa. Al final pude completar la aventura, sostenido más por la promesa de un desenlace inesperado que por diversión.
Prey es un juego que me gustó y mucho, pero no volvería a jugar hasta dentro de unos años por que la experiencia me resultó dulce pero con altibajos gracias a estos bugs, lo más curioso del asunto es que en todo este tiempo no conozco a nadie más con la misma experiencia, al final le atribuyo a todo a algún evento fortuito que como jugador asiduo de vez en cuando sufrimos, descartando que el juego esté roto.
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