domingo, 28 de enero de 2018

Día de furia: Corrupción de datos y Bug casi fatal en Prey

 

2017 ha dejado muchos buenos juegos y a pesar de ser uno de los años en los que menos he podido jugar también es aquel en donde más títulos de estreno (o sea los que han salido desde enero de ese mismo año) he podido probar. Hace varios días se cerró el círculo de aquellas obras que me parecieron lo mejor del 2017 independientemente de su fecha de lanzamiento y ese último gran juego que abordó en el Top (el cual publicaré después en febrero) fue Prey, que para sorpresa mía fue una de las experiencias más potentes del año, teniendolo en más estima que otros pesos pesados como Persona 5 u Hollow Knight.

Prey tiene cosas para enmarcar y cosas que realmente no están para tirar cohetes, pero las primeras llegan a encandilar tanto que podemos dejarles pasar buena parte de los errores, como ese gunplay tan tosco y poco satisfactorio que pasa a segundo plano gracias a la ingente cantidad de habilidades y posibilidades para afrontar obstáculos, enemigos o acceso a zonas que creemos imposibles de alcanzar, junto con un diseño de niveles asombroso que se codea con Dark Souls, Resident Evil o Super Metroid… además es bonito y me recuerda muchísimo a Bioshock en ese sentido.

Pero aquí no vengo a contar linduras del juego, sino a “ragear” como hace mucho tiempo que no hacía y es que pasé de estar enamoradísimo de Prey a considerarlo una putísima mierda en cuestión de minutos. Venga, entrada cortita pero necesaria para mi corazón.

sábado, 27 de enero de 2018

Reseña PS4: Wolfenstein: Old Blood





Wolfenstein es ya de por sí un juego redondo, que aun siendo un título intergeneracional se veía chido y con un gunplay que sabiendo clásico por no aportar nada nuevo se dejaba dejaba disfrutar tanto en su vertiente más salvaje como en sus situaciones enfocadas al sigilo. Sin embargo, y como mencioné en la reseña original, sentía que en más de una ocasión la obra estaba desbalanceada gracias a un sistema de sigilo rotísimo o por una IA enemiga que estaba súper perra una vez nos detectaba en el escenario, con el plus de que la vitalidad de nuestro amigo Blazko se escurría como el agua, cosa que tampoco veía con buenos ojos si buena parte de nuestras habilidades se enfoca en hacer desmadre como Rambo. Para nuestra fortuna esta expansión llega con todo lo que hizo grande el título base junto con cambios que lo vuelven una experiencia más coherente con lo que Blazko es capaz de hacer.