No encontré portada de Xbox 360, gñe
A
principios del mes pasado Rokuso, compañera de Zona Delta, lanzó una interesante iniciativa donde el tema principal era Silent Hill. La cosa lleva
gestándose algún tiempo pero en estos tiempos dudaba poder participar en tiempo
y hora. Por fortuna contaba con algo de tranquilidad a principios de septiembre
y aquí estamos, escribiendo de nuevo sobre Silent Hill 2.
La idea inicial era rescatar la reseña antigua de esta entrega que ya hace en Gamefilia pero me da muchísimo palo editarla para los estándares actuales – que esté menos gacha- . Al final me decanté jugar el Sub escenario de María, disponible en la versión HD que encontramos en las consolas de la pasada generación para darles mis impresiones finales… y bueno, no esperaba que fuera tan corto; pero aun así es un contenido adicional muy interesante que brinda información sobre la misteriosa mujer que lo protagoniza y donde visitamos un escenario inédito, algo siempre bienvenido.
Born from a wish está disponible en las ediciones especiales de Silent Hill 2 y en la reedición que encontramos en Xbox 360 y PS3. Podría catalogar este título como una expansión que sucede al mismo tiempo que los acontecimientos del viaje de James, bueno… no tan así, pues durante todo este tramo controlamos a María justo antes de topase con el protagonista original.
La
historia inicia con María despertándose en el bar de Silent Hill, donde después
de un tiempo decide escapar del pueblo, durante el trayecto entra en una
mansión donde sólo habita un extraño sujeto que se niega a mostrar la cara,
comunicándonos con él detrás de una puerta. Básicamente vivimos como María
quiere escapar de la mansión para seguir huyendo de Silent Hill pero durante el
pasar del tiempo se verá obligada a ayudar a su misterioso anfitrión, que
guarda alguno que otra cosa interesante para ella. No veo sentido seguir
profundizando sobre la trama, en menos de una hora y media se puede acabar
tranquilamente.
La mecánica de juego es idéntica a la de Silent Hill 2. María tiene el clásico control de tanque que funcionaba bien por el sistema de cámaras, una combinación de vistas fijas con otras dinámicas que van siguiendo al personaje conforme se mueva. Para estos tiempos manejar a esta chica resulta arcaico y aquellos que son noveles en la saga seguramente tendrán algunos problemas para acostumbrarse, pero si vienen de jugar la segunda entrega se sentirán como en casa y aquellos que como yo tienen ya mucho tiempo sin tocarlo tampoco tardarán mucho en dominarlo.
Las acciones a realizar son, por lo tanto, iguales a las de James: correr al pulsar el comando correspondiente, ponerse en guardia para atacar con armas blancas y de fuego y recolectar objetos para usarlos después en uno mismo o al resolver acertijos. Una de las diferencias más sustanciales es el abanico de armas, apenas dos: un cuchillo de carne y un revólver; de esta última no tenemos que preocuparnos mucho por las balas si jugamos en la dificultad normal, existen a montones, recomendado así olvidarse del cuchillo en casi todos los enfrentamientos directos… cosa que tampoco abundan en demasía. La salud si requiere más atención, pues siento que María aguanta menos que James y mantener las distancias o escapar cuando es posible es imprescindible.
La campaña podemos dividirla en dos secciones, el clásico recorrido por las calles de Silent Hill donde es relativamente sencillo evitar a las criaturas mientras buscamos la mansión, no sin antes toparnos con callejones sin salida; y la propia mansión que difiere un poco de los lugares que visitamos con anterioridad en Silent Hill 2. Este lugar consta de dos plantas de tamaño considerable pero nada comparado con los apartamentos o el propio hospital, además que perderse aquí es mucho más difícil pues muy pocas veces es necesario volver sobre nuestros pasos y por la interconexión en las salas llegar a nuestro destino es casi pan comido.
El
mayor peligro que representa la casa es que todos los pasillos son estrechos y
los enemigos aparecen resolvemos acertijos, o sea que en un principio podemos
cruzar un pedazo de la casa sin preocuparnos por nada y a la hora de regresar
ver como ha sido infestada por bichos con espasmos musculares. Limpiar algunas
zonas y pasar de los monstruos en otras queda a gusto de cada quién, sea como
sea los hijos de puta serán una molestia considerable, sobre todo en aquellos
que están detrás de puntos de visión muertos y que los descubriremos cuando estén
a 10 centímetros de nosotros.
Durante
nuestras peripecias por la mansión nos toparemos siempre con los maniquíes o
los que expulsan ácido por el abdomen y también de unas cucarachas asesinas,
nada de enfermeras o camas andantes. Completar todas las actividades en la
mansión es relativamente sencillo, como de costumbre la gran mayoría de esta
está bloqueada y por medio de explorar y recolectar ítems podremos visitar
zonas previamente cerradas… el único momento que exige pensar es en un acertijo
de tablillas, todo lo demás se resume en revisar bien las habitaciones,
encontrar algún ítem vital y seguir así hasta terminar la aventura.
La campaña es divertida y explorar la mansión cuenta con todas las cosas que hacen grande a Silent Hill: enemigos ocultos, mensajes y pistas implícitas que nos dan una idea de qué está pasando en el lugar, mucha tensión a la espera de que algo salte hacia nosotros acompañados de una atmósfera opresiva y macabra. Lo malo es la escasa duración.
Otra cosa negativa es la interfaz. Tanto los objetos clave, como los ítems de curación, armas y munición aparecen en el mismo sitio y usar esta para resolver el acertijo de las tablillas resulta engorroso pues quitar, poner y girarlas toma un tiempo que resulta molesto.
Los gráficos ya se notan viejos y la adaptación que hicieron para 360 empeora una barbaridad en algunos aspectos, el más notorio es la niebla que pocas semejanzas guarda con la versión de PS2 o Xbox. Este defecto no está presente dentro de la mansión así que no debemos de sufrir estos problemas por mucho tiempo. Las animaciones de María cumplen bien aunque se sienten sus movimientos poco naturales… sobre todo cuando golpea a algún enemigo, viéndose especialmente gracioso. La mansión se ve muy bien, lejos de los típicos escenarios aquí vemos habitaciones elegantes, algunas bien iluminadas, pero sin olvidarse de darles un aspecto añejo y abandonado. Las criaturas no presentan ningún cambio y siguen siendo las madres asquerosas y marrones de toda la vida. La banda sonora es perfecta, mantiene el nivel de tensión y algunos temas son representativos de la situación en específico.
Y eso es todo, me ha gustado bastante pero es corto hasta decir basta. Hubiera estado bien abrir aun más habitaciones en la mansión y un par de acertijos más para acabar por considerar esta expansión como algo que complementa muy bien Silent Hill 2… aun así por su peso en la trama es muy recomendable jugarlo, el escenario es digno de recorrer y la experiencia de tener más de Silent Hill son buenos motivos para hacerse con él.
TOTAL: 8
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