jueves, 5 de julio de 2018

Reseña PS4: DOOM



Casi como caído del cielo (o emergido desde las profundidades del puto infierno) llegó hace unos años una nueva iteración de una saga que si bien es una de las más representativas de la industria se ausentó en la pasada generación de consolas. De vez en cuando noticias sobre DOOM 4, que estaba ambientado en la tierra y con un componente cinemático muy presente, salían a la luz pero más allá de eso y de su tortuoso desarrollo no supimos más de la saga que tantas polémicas y pasiones ha levantado.

DOOM es el retorno de la saga a su estado más puro y bruto. Un juego que sirve todos sus elementos por y para el estilo de juego más directo, frenético; con grandes dosis de violencia desmesurada. Después de una tercera entrega que figuraba más como una mezcla de juego de disparos y supervivencia con elementos tan característicos como una lámpara para iluminar el camino en entornos cerrados muy oscuros que acompañaba un desarrollo de juego mucho más pausado que recompensaba la cautela y la buena administración de recursos, sin olvidar la cantidad generosa de sustos gracias a una atmósfera potente que se apoyaba en uno de los apartados técnicos más brutos de la época, la saga decidió voltear a ver las primeras entregas para inspirarse en lo que sería uno de los títulos de disparos en primera persona más aclamados de los últimos años.

Yo en lo personal agradecí con toda mi alma que no se siguiera el camino trazado por DOOM 3. No es que la anterior entrega fuera mala en lo absoluto… de hecho en su respectivo análisis lo traté relativamente bien pero no por eso dejaba de extrañar el combate mucho más directo que me hiciera sudar más por la cantidad abrumadora de enemigos y por la exigencia de un control absoluto de nuestra puntería con el diverso arsenal de armas de destrucción demoníaca mientras el hard rock y el metal más cabrón sonaba de fondo tratando de ahogar los gritos de agonía de la caterva de seres infernales que pude vivir en DOOM I y DOOM II. 

 

DOOM ( o sea el del 2016) deja claro desde un principio que no necesita alardear de una historia bien contada, de personajes que tengan un mínimo de desarrollo… es más ni siquiera necesita un protagonista con rostro o una excusa mínimamente trabajada para empezar a matar a lo estúpido. Literal no pasan ni 2 minutos y ya estamos en medio de una orgía de destrucción con bolas de fuego siendo disparada por todas direcciones mientras utilizamos nuestra siempre fiel escopeta para hacerles frente. Me encanta la secuencia casi al principio del juego en donde a través de un panel se comunica con nosotros el jefe de la base pero en un instante el protagonista toma el panel entre sus manos y diréctamente lo manda a la mierda. No solo nos deja claro que de historia apenas lo justito para entender el contexto de todo lo que hacemos… sino que también nos lanza a la cara pinceladas de cómo es la personalidad de nuestro personaje, un ser furioso que va sin dilaciones a destripar demonios y las sutilezas no van con él y se pasa por el forro las recomendaciones que puedan hacerle. Básicamente somos un guerrero que ha sido despertado de su letargo dentro de una tumba encontrada por la UAC con el propósito de hacerle frente a las fuerzas del mal.

El título maneja con excelencia el ritmo de los combates y lo hace con un despliegue magistral de elementos que incentivan al jugador a ser creativo, temerario y agresivo sin olvidar que se requiere de trazar una clara estrategia teniendo en cuenta nuestro armamento, enemigos a vencer y escenario. Además, el jugador debe de ser versátil porque en cualquier momento pueden entrar en la fiesta enemigos que complican las cosas.  

 

La manera que tiene el título para recompensar al jugador por ir siempre a la ofensiva es por las famosas “glory kill”. Más que un simple espectáculo de violencia gratuita donde el Doom Slayer (así se le conoce al protagonista en el juego) revienta con sus propias manos a los enemigos de formas bastante sanguinarias, la glory kill son ejecuciones que sirven para rematar a un demonio y de forma secundaria nos otorga paquetes de vida para recuperar nuestra energía. En Doom estos paquetes son vitales debido a que no existe la regeneración automática de vida y en ocasiones buscar estos ítems por el escenario es descuidarnos de los embates enemigos.... y que nos muerdan el culo de paso. Todo enemigo puede ser aturdido para ser víctima de una glory kill y la animación de ejecución varía enormemente entre enemigos e inclusive desde qué posición la activamos.

 

La vida no es lo único que puede emanar de nuestros enemigos y es que podemos convertir a los demonios más potentes del ejército infernal en una puta piñata que en su interior tiene munición para todas nuestras armas. Aquí entra en juego la sierra motorizada, una herramienta que rebana a cualquier enemigo, si tenemos la cantidad de combustible necesaria, para obsequiarnos preciada munición que en ocasiones será escasa. 

 

Me encantan estos elementos porque si bien no deja de ser violencia extrema gratuita por lo menos tienen un fin bien fundamentado; adquirir recursos, más allá del mero placer que provoca ver monstruos siendo reventados como globos por una máquina de matar perfectamente aceitada… que también, porque al final del día DOOM es el ejemplo perfecto de la típica fantasía de poder.

El armamento es variado y responde a la necesidad de lidiar con todo tipo de enemigos. Desde la clásica escopeta que una vez adquirida relega a la pistola para ser el arma básica, un rifle de plasma, lanzacohetes, una ametralladora, un fusil laser e inclusive regresa la escopeta de cañón doble. Vamos, gran parte del arsenal clásico de DOOM está aquí pero vienen con regalitos. El desarrollo de nuestro personaje es importante y las armas aquí reciben jugosas mejoras en forma de formas de disparo secundarias que podemos adquirir si buscamos a los drones por el escenario. Cada arma además de su disparo principal tiene dos formas ofensivas alternativas; así la escopeta tiene un disparo cargado en ráfaga o puede lanzar explosivos, otras armas son dotadas de mirilla como el fusil Gauss para ser mucho más efectivo a distancias largas o la ametralladora puede ser acoplada a más cañones para disparar más cantidad de balas. Además cada una de estas mejoras puede ser potenciada con puntos de mejora de armas que obtenemos al matar enemigos y si conseguimos todas y cumplimos una serie de requisitos activaremos aún más características especiales.

 

Vamos que ser chingón y matar de maneras creativas con todo nuestro arsenal nos recompensa para ponernos todavía más cabrones.

Cómo no, regresan los potencializadores. Su uso nos facilita muchísimo lidiar con el desmadre; tenemos al modo Berserk de toda la vida que permite pulverizar bichos de un solo puñetazo y otros como el daño cuádruple o la invulnerabilidad nos da la licencia de ser más agresivos. Es ya cuestión de cada quién usarlo en combate como le venga en gana, ya sea desde un principio o justo cuando aparecen los monstruos más poderosos en el campo de batalla.

 

DOOM se divide por niveles, 13 para ser preciso, que están llenos de recovecos con secretos y mejoras. La verticalidad es un tema que se ha tenido en cuenta en esta entrega, gracias a la habilidad de doble salto es posible y casi obligatorio cambiar de platafoma si se quiere ya no solo encontrar las zonas secretas… también si se quiere por lo menos sobrevivir a las constantes emboscadas. Los niveles son enormes y dejando fuera las contadas ocasiones en las que nos topamos con un punto sin retorno podemos repasarlo de lado a lado a placer por si nos hemos dejado algo en el camino.  El diseño es bastante inteligente y sabe esconder bastante bien buena parte de las zonas inasequibles a simple vista. Lo único que puedo achacarle es el desarrollo de estos; por lo general iremos por pasillos y salas donde encontraremos algún enemigo esporádico para llegar a una sala donde en cuestión de segundos se llenará de demonios y así hasta el infinito sin mayor variación.

 

La variedad de enemigos es importantísima en un DOOM y aquí no decepciona. Todos las razas veteranas están presentes y su forma de moverse por el campo de batalla para dañarnos varía enormemente. Desde las fuerzas más abundantes como los poseídos y los Imps hasta enemigos temibles como los invocadores o los barones del infierno que pueden atacar a distancia, desde enemigos rápidos y voladores como las almas perdidas hasta los putos tanques que arremeten con todo su peso de los Pinky. 

 

El juego puede disfrutarse en varias dificultades, la última -ultrapesadilla- es una puta locura que para mí ni sentido tiene probarla; más allá de querer sacar el trofeo del primer nivel, porque requiere pasarse toda la campaña en dificultad extrema de un solo intento porque morir te resetea todo el proceso. También tiene un modo arcade bastante resultón y el multijugador junto a snap map...estos últimos no los he probado porque no tengo online.

En PS4 está bien optimizado CON EL PUTO PARCHE DESCARGADO, que sin él se sufre de un tearing capaz de cortar madera. Ojo no hablamos de un parche chiquito NO SEÑOR es uno de 30 putos Gb que se dicen pronto pero que aquí en medio de la selva con un router de cocos es para dejar la partida aparcada por lo menos una noche. Algunos dicen que este hecho se justifica debido a que incluye todo el DLC de forma gratuita pero para mí bueno… no mucho la verdad. El juego va fluido aunque a veces se resiente cabrón los fps. Obviamente no se ve como un PC en ultra pero aguanta bastante bien el tipo, más allá de no tener súper texturas e ir a 2000 FPS todo lo demás está correcto y se deja disfrutar. 

 

La ambientación está chida y se respira la esencia de DOOM por todos lados con esos pentagramas dibujados con sangre en el piso, cuerpos repartidos por todo el lugar y escenarios dignos de una pesadilla, algunos elementos se ven de espanto ya sea por ser tan jodidamente asombrosos como...

 

...o por su mal gusto digno del disco más oscuro de Deathcore...

 

... y de esto hay muchos ejemplos...



... bueno ¡YA BASTA!

La banda sonora está de huevos. La OST es adaptativa y eso es un detallazo que se agradece bastante, tiene temas metaleros/progresivos/hardcore que son una delicia.

 

Y bueno… eso es todo, la neta lo recomiendo machín porque ya está bien barato y de vez en cuando viene bien un poco de acción desenfrenada, esto lo digo más por mí que llevo 5 meses jugando títulos de corte nipón que si bien tampoco son como ir a jugar al bingo no hay punto de comparación.

TOTAL: 9

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