miércoles, 10 de octubre de 2018

Reseña 3DS: Super Mario 3D Land

 

Previa a la salida de este título lanzado durante el primer año de la aún viva portátil de Nintendo, la 3DS, durante el 2011; estuvimos muchos años sin un Mario que pudiéramos considerar realmente tocho. Una generación de portátiles atrás teníamos a New Super Mario Bros que mantenía la esencia de lo visto en los plataformeros en dos dimensiones pero no terminó de encantar a todos los usuarios por su dificultad baja y por ser bastante corto; para la misma NDS estaba el remake de Super Mario 64 que obvio no podíamos considerar un título inédito para la portátil pero que maravilló a los fans por la gran cantidad de novedades como el hecho de controlar a otros 3 personajes además de Mario y de agregar más estrellas junto a fases inéditas.




En el caso de la Game Boy Advance pasó algo curioso. Durante la vida de esta pequeña vimos que Nintendo le agarró el gusto por portear juegos de Super Nintendo principalmente y vimos un catálogo que además de tener nuevas entregas de Metroid, Advance War, Kirby o The Legend of Zelda, por mencionar unos ejemplos, también llegaban ports o hasta remakes de las primeras consolas de sobremesa de la compañía, siendo el blanco de esta idea la saga de Mario... básicamente todos los juegos 2D de sobremesa a partir de Super Mario Bros 2 fueron porteados, siendo hasta el día de hoy la única consola de Nintendo que no tiene un Mario propio.



Si seguimos retrocediendo en el tiempo, para aterrizar en la época de la primera Game Boy, seremos testigos del nacimiento del primer juego de la mascota de Nintendo para portátiles, Super Mario Land, es de aquí donde toma nombre la entrega que estamos reseñando hoy y que desde un principio nos prometió un juego con sabor clásico adaptado a las 3 dimensiones.


El nombre de esta entrega es la primera de muchas referencias a la saga del fontanero pues conforme jugamos nos vamos percatando de muchísimos guiños que iremos comentando a su tiempo. Primero nos interesa hablar del control… que sí, a primeras de cambio no hacemos otra cosa que… bueno… lo que Mario puede hacer siempre pero quitando la posibilidad de atacar a los bichejos de la zona con otra cosa que no sea el salto hasta que obtengamos algún power up.  Manejar a nuestro bigotudo amigo es como debe de ser, perfecto y no se nota que la inercia, velocidad al andar o las propiedades del salto tenga fallo alguno. También no podemos decir que exista alguna novedad o cambio sustancial en cuanto a movimiento de Mario, en este aspecto nos encontramos ante un juego muy conservador.

Los power ups tampoco son muy acá, están los clásicos champiñones, flores de fuego y la hoja que convierte a Mario en mapache (El tanooki pues), este último es oro puro pues nos hace controlar mucho mejor la caída al permanecer en el aire más tiempo y el golpe con la cola es fundamental para accionar engranajes que desbloquean secciones ocultas.

El diseño de los niveles está de huevos y vienen de sabores y colores de todo tipo. A pesar de tener un diseño que nos permite movernos libremente por el escenario totalmente tridimensional podemos decir que este juego tiene alma de plataformero de 2 dimensiones, así como es habitual el salir a explorar una llanura en busca de secretos o ítems también lo es el afrontar fases con un sabor ya conocido, regresan las fases de avance automático, paredes en paralelo que incitan a rebotar, el uso de enemigos para llegar a lugares de difícil acceso e inclusive están presentes las fortalezas voladoras junto con toda su parafernalia del clásico Super Mario Bros 3.


Se nota muchísimo la influencia de los Galaxy dado que niveles enteros tiene como premisa algún elemento tomado de las excelentes entregas de Wii. Estas fases son las que más explotan las habilidades de Mario y el control por todo el entorno, gozamos de nuevo de los paneles que cambian al momento de saltar, plataformas cuya dirección decidimos al pisarlas o niveles que están compuestos por pequeñas islas donde la cantidad de secretos por descubrir es generosa y que sirven como un puto parque de diversiones donde hacer saltos. Sinceramente les mentiría si dijera que jugar estas secciones es como regresar al Mario Galaxy, digo, se nota la inspiración ,claramente, pero el enfoque no es el mismo dado que el salto es el amo absoluto de la mecánica de juego contrario al Galaxy que jugaba con muchos más elementos.

Tampoco podemos olvidarnos de las fases acuáticas que son bastante escasas (gracias a Dios), mansiones llenas de fantasmas y unas que me gusta nombrar como el asalto a la torre, donde básicamente estamos en un sitio con una o más estructuras que tenemos que escalar hasta llegar a la meta justo en la cima de todo.

 
Muy pocas pegas tengo respecto al diseño de niveles, me encanta… lo malo es que los pasas en cuestión de 2-3 minutos y cuando menos te das cuenta ya te has terminado los 8 mundos al completo. El juego es sencillísimo en su primera ronda y obtener las monedas estrellas en su totalidad no es un reto digno de ser considerado como tal, fácilmente podemos acabar el juego con decenas de vidas en 4 horas; 5 si me apuras mucho. Esto afectaría la imagen del juego de forma negativa de no ser por la versión alternativa de los 8 mundos que se desbloquea al pasar el juego. Los niveles en esta nueva ronda son mucho más cabrones metiendo sin miedo fases con muchísimos cambios como la presencia de una sombra que nos persigue por todo el nivel, contrarreloj bastante ajustado o de plano cambiando todo el nivel de golpe por uno que parece inédito a la versión original. Obtener las monedas estrellas que sirven para desbloquear los mundos siguientes es más complicado de lograr y además de la escalada de dificultad tenemos a Luigi como personaje jugable haciéndola de buen incentivo para no despegarnos de la pantalla.

Ahora que lograr el 100% no es tan sencillo, una vez tenemos todas las estrellas y completamos el juego con los banderines en la punta del asta desbloqueamos un nivel secreto que está perro. Yo conseguí llegar hasta esta última prueba por mero gusto, realmente mejorar los tiempos o notar las leves diferencias del salto de Luigi a la par de conseguir todos los requisitos para completar el juego totalmente no se me hicieron pesados, vamos que seguí disfrutando como niño.


Para tratarse de un juego de 3DS se ve bastante chido y a día de hoy aún con cosas como Metroid o Majora´s Mask este título aguante muy bien el tipo, tanto el diseño de personajes como las los escenarios llegan a un nivel notable. destaca como el juego tiene un sin fin de efectos que hacen el activar el 3D en algo altamente recomendable. El apartado técnico es colorido, todo se ve muy bonito y los enemigos y prácticamente todo lo que contiene el juego es reconocible de otras entregas. La cámara no representa ningún problema y la posición varía de fase a fase, en ocasiones se posicionará alejado al jugador en tercera persona como en cualquier otro juego en 3D de Mario y en otras será la típica cámara lateral para dar esos aires de plataformas clásico.La música está bien a secas, destaca la labor con la remasterización de canciones de anteriores entregas pero tampoco nos ofrece algo realmente memorable.

Completar el juego al 100% ya con todo y su segunda ronda puede llevarnos unas  10 horas aproximadamente, para ser un título de plataformas no es una duración mala. Se siente mucho la baja dificultad pero aun con esas estamos ante un imprescindible de la consola que ha sabido ofrecer una experiencia grata. Cierto es que distará ofrecer algo original y que la experiencia no es tan potente como lo visto en las anteriores entregas en 3 dimensiones, así que quién no lo ha jugado puede esperar un juegazo, sí… pero tampoco se ilusione con algo del nivel de Mario Galaxy o similares, ahora que si lo comparamos con el resto de juegos portátiles que han salido de este personaje, podemos hablar de el mejor de todos hasta ahora, en mi opinión claro.

TOTAL: 9

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