martes, 18 de septiembre de 2018

Reseña PC: Omnibus

 

Existen juegos para hacer el chorra muy fuerte y en PC abundan como no tenemos una idea; desde encarnar una puta cabra inmortal que va haciendo destrozos por el pueblo o un agente del servicio secreto que tiene la tarea de salvar al presidente de los Estados Unidos de América, guiar a un pan tostado por la cocina e inclusive tenemos un simulador de cirugía donde podemos practicar alguna intervención al mismísimo presidente de los Estados Unidos de América… en el espacio; vamos que aquí hay un patrón y no es coincidencia.


También es cierto que una buena parte de estos productos están enfocados a ser carne de Youtube para que alguien mínimamente famoso lo juegue por las risas (y el dinero claro) aunque esto signifique sacrificar todo elemento que pueda volver a estos títulos perdurables en el recuerdo del colectivo por más de una semana. Ejemplos de estos casos hay a patadas, a bote pronto tenemos esa madre delirante cuyo nombre me es imposible de acordar pero que iba de un calvo montado en una olla para hacer pozole y armado con un pico trataba de escalar una montaña de cosas; las risas en twitch estuvieron chidas debido a un control frustrante que se mezclaba con el absurdo objetivo de llegar lo más alto posible… pero a los 3 días el juego pasó al olvido.




Cuando hablamos de Ómnibus; título que va de manejar un bus en una serie de alocadas misiones con mecánicas de juego que están ahí para hacer el cabra, irremediablemente pensamos que estamos ante uno más del montón pero abordando más de cerca notamos que igual y el juego esconde más de lo que se ve a simple vista. El título tiene a un editor ya conocido entre los programas indies, Devolver Digitial, que gracias a ellos hemos podido disfrutar d la saga Hotline Miami, Enter the Gungeon, Broforce, Downwell o el más reciente The Messenger y ya con esto tenemos cierta confianza de probar cosas como Omnibus. Además, podemos encontrar un video en plan documental falso que nos cuenta que el proyecto es una suerte de resurrección de un antiguo juego cancelado para la Atari Jaguar en la década de los 90 junto con momentos de su desarrollo en plan retro con toda esa parafernalia que salía en los VHS publicitarios que tanto gustan a los jugadores de época y la verdad es que es hasta gracioso. De hecho es tanto el humor de los programadores que en su lanzamiento por Steam se marcaron una edición especial del juego donde, además de incluir la banda sonora, se incluida un autobús de verdad, ignoro si algún cachondo aprovechó la oferta, son estas cosas las que dejaban claras las intenciones del estudio a la hora de vender su producto.



Ya probándolo necesitamos de un par de niveles para entender de qué va esta obra. Una nave terrestre de transporte público dotado con unas físicas imposibles deberá completar objetivos de lo más absurdos para ganarse el respeto de la población, sí… nos estamos refiriendo a un puto camión como un ente vivo que responde al auxilio de la gente. La primera misión nos enseña el tono del juego; estamos en el cielo y nuestra misión es saquear tumbas mientras evitamos bumpers que nos sacarán de la zona, sí sí… en el PUTO CIELO, y esto es solo el principio.     Una vez terminado nuestras tareas en el área inicial tocará bajar a la ciudad para causar más destrozos, decapitar una estatua, esquivar el tráfico en un campo de fútbol americano, asaltar un banco o escapar a la luna siendo propulsados por una botella de gaseosa y apenas estamos iniciando la aventura en Omnibus.


Las zonas que ambientan las misiones son un pinche desmadre, al cielo y a la ciudad se le suma el espacio exterior, el viejo oeste y el centro de la tierra. Seguramente todos están impactados cuando digo que surcar el universo mientras esquivamos rocas espaciales con bumpers es lo más normal que encontraremos en el juego o como inclusive tenemos fases con jefazos a derrotar o la vez que le servimos a la mismísima reina para una de sus demandas; si, seguimos describiendo las tareas a realizar con un camión


El control es parte fundamental de este título… y es una putísima mierda aunque no sé si esto es a posta o en el transcurso de tratar de dar forma a esta chorrada se fueron las cosas de madre; si estamos ante lo último no quita que la jugabilidad de Omnibus provoque enfermedades infecciosas que deberían ser cubiertas en el esquema de vacunación por su alta letalidad en el bueno y mal sentido. La cosa es sencilla, podemos decidir la dirección por la cual nos moveremos, la velocidad se regula de forma automática con un continuo aumento que vuelve en ocasiones indomable a nuestra bestia mecánica y tenemos camiones con más acciones además de girar a los lados.



Que nuestro camión acelere hasta alcanzar velocidades de 180 kilómetros (como todos en Guadalajara) es la forma de meternos presión, incrementándose conforme pase el tiempo o nos acerquemos a completar nuestro objetivo, llega un punto de extrema velocidad y el más mínimo movimiento puede convertir a nuestro camión en un torbellino que da volteretas y rebotes por todos lados volviendo frustrante algunas misiones. Si por alguna causa terminamos llantas arriba o salimos del escenario por salir disparados al infinito o caernos al oscuro abismo, nos vemos obligados a repetir toda la travesía. Algunas misiones, en teoría, no deberían de llevarnos más de 3 minutos pero en general terminan en una agonía de media hora por el exquisito control. Es de lo más común completar objetivos por mera suerte o por métodos bastante poco convencionales (para el juego al menos). A lo largo de nuestra aventura conduciremos varios tipos de camiones, algunos más difíciles de controlar y otros con habilidades especiales, como uno que permite controlar la gravedad u otro que salta. Sonará raro pero están bastante bien implementadas por su ingenio a la hora de poner frente a nosotros obstáculos.


El enemigo principal son los bumper, los mismos que se encuentran en los pinball, dado que nos harán rebotar y a velocidades altas chocar con ellos representa la muerte más desoladora. Los peligros no se limitan a esto solamente, muchos niveles nos pondrán en predicamentos con elementos únicos como un grupo de bandidos en carros, un simio gigante trepado a lo más alto de un edificio o una meta que para ser alcanzada requiere de atravesar un camino estúpidamente complicado.


A pesar de las peculiaridades del manejo no puedo negar que me la he pasado bien rebotando por todos lados y accediendo a todo tipo de mandados, los retos son bastante imaginativos y están cargados de humor muy ligero que más de una sonrisa me llegó a sacar. El ser corto (unas 4 horas apenas) y saber hasta qué punto explotar las mecánicas del juego son un punto a favor de Omnibus. Aclaro que este no es un caso a lo Urban Yeti, donde todo en él era una putísima mierda que ni siquiera llegaba a divertir por lo penoso que resultaba a todos los niveles, aquí se siente el espíritu alocado y absurdo que han querido imprimir y el control aun siendo malo tiene sus implicaciones positivas al poder jugar a nuestro favor en ocasiones o al estar involucrado directamente en nuestro éxito… suena raro pero hasta que no lo ve uno con sus propios ojos y admira como las físicas irreales hacen magia podrá entender la magnificencia de Omnibus.



Técnicamente no estamos ante la gran verga. El apartado gráfico es bastante discreto y se asemeja más a lo que podríamos ver en un título 3D de hace varias generaciones , las texturas tienen un acabado que simulan píxeles y el resultado final es curioso pero simplón. La música es machacona a más no poder y si bien da gracia escuchar las tonadas en un principio se vuelve desesperante ver como una pieza de 20 segundos se repite hasta la eternidad.


Recomendar la compra de Omnibus sería arriesgado de mi parte y a pesar de tener un precio muy competente costando apenas 109 pesos en Steam yo recomiendo esperar una rebajita a menos que le tengan tremendas ganas. No es un juego terrible y en compañía puede ser la bomba pero tampoco es una revolución total y más allá de sus 4 horas que nos puede durar la curiosidad no ofrece más.


TOTAL: 6

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