jueves, 9 de julio de 2020

Reseña Anime: Watashi Ni Tensei Ga Maiorita!

 
-“Hemos llevado la broma demasiado lejos” 



Esto pensaba mientras estaba inmiscuido en el visionado de una de las obras que mayor repercusión ha causado en los últimos tiempos debido a la polémica y los memes que giran alrededor de ella, sobre todo estos últimos. No es para menos el revuelo, una serie cuya premisa es la de una universitaria, una chica  mayor de edad por ende, que se engancha con una niña bastante menor es algo que descoloca a muchos invariablemente de que ya estamos curtidos en un hobby que se caracteriza por rozar y, en ocasiones, sobrepasar la línea entre lo aceptable y lo obsceno o moralmente inaceptable.

Esta obra con un empaque tremendamente adorable que en realidad es traída desde el puto infierno fue maquinada por Doga Kobo, estudio experto en series cómicas, con romance y así ya veteranos en el sector. La verdad es que hasta esta serie no había visto absolutamente nada de ellos, lo que refleja lo desapegado que estoy del mundillo en estos años teniendo en cuenta que ellos han estado chambeando bien macizo con Gabriel DropOut, Himouto! Humaru-Chan y la de las viejas estas que se ponen rocosas en el gimnasio. 

 

La historia se centra en Miyako, que como dijimos antes es una estudiante universitaria, con un don nato para confeccionar vestidos y trajes fabulosos. La joven es una ermitaña, dado a su fobia social decide quedarse lo más posible en casa y el vínculo más cercano es el que tiene con su propia hermanita Hinata. Un fatídico día la hermana de Miyako decide traer consigo de visita a una de sus amigas de la escuela, Hana. Nuestra protagonista al ver a la pequeña y tierna Hana se vuelve local, pero literal… pierde la puta cabeza y nace en ella la imperiosa necesidad de relacionarse con ella, caerle bien y ganársela de amiga. Pero por su torpeza a la hora de socializar, o porque Miyako es una criminal en potencia. la interacción inicial con Hana es desastrosa, quedando como una acosadora y pervertida de la cual hay que andarse con mucho ojo. Más amigas de Hinata se van añadiendo a la lista de personajes recurrentes, siendo Noa la que completa el trío de pequeñajas que pululan por la casa de Miyako y la involucran en sus juegos.



Creo que con esta serie presencié por primera vez una obra que abarca total y perfectamente lo relacionado con el término “moeshit”. En serio, se nota que el estudio se ha desvivido para hacer a Hinata, Hana, Noe y compañía tremendamente dulces y adorables, pero debido al contexto tan turbio que se cierne sobre la serie el que sea todo bonito y tierno pasó a un segundo plano para mí. Simplemente no pude dejar de sentirme incómodo durante toda la serie al saber las intenciones de Miyako.

Podemos catalogar la serie como un “slice of life”, con su comedia situacional incluida. Los momentos más álgidos son aquellos donde Hinata pone en un pedestal a su hermana mayor o la presume a otras personas agraciándola de manera exagerada y completamente irreal. Junto a estos están los momentos donde Miyako se queda a cargo de las niñas y lucha por superar su fobia social a la par de por no convertirse en el enemigo público número uno de la policía y la asociación de padres de familia de la localidad a la hora de interactuar con Hana, la cual ya la tiene fichada y deberá aprender a convivir con los desplantes de de la hermana mayor de su amiga Hinata.



Wataten! tiene escenas que no dejan espacio a otra interpretación que no sea la de dejar a Miyako como una enferma. Si a esta serie le pones música de suspenso y le cambias el estilo artístico por uno más sobrio te queda el jodido Thriller del año… pero fácil. Como ejemplo perfecto tenemos una escena acontecida durante los primeros capítulos. Las niñas juegan a las escondidas, Miyako se topa con Hana mientras se introducen dentro de un armario para ocultarse teniendo así uno de los encuentros más cercanos entre ambas: Miyako se empieza a ruborizar y los sugerentes enfoques de cámara mientras Hana se aproxima a Miyako hacen de la escena se convierta en una de las más “qué carajos” que haya visto en mi vida . Sé que esta parte es ya un cliché, de tener al ansiado amor platónico tan cerca y a la vez tan lejos en una situación que da para las risas y la calentura, pero partamos de su contexto, no vemos a dos adultos o a un par de estudiantes de instituto, sino a una mujer con una niña pequeña. La serie va a lo que va sin insinuaciones sutiles.

Otras escenas más leves pero igual de “sospechosas” son unas recurrentes donde Miyako soborna a Hana con dulces y pasteles para que esta acceda a posar con los vestidos que la primera confecciona mientras le toma fotos para su disfrute. De ahí a invitar a niños de un parque a que se monten a una furgoneta prometiendoles bocadillos gratis solo hay un paso, yo nomás digo.



Durante la primera mitad de la serie no pasa absolútamente NADA, más allá de recurrir al gag de Miyako a tope con Hana hasta hacerla sentir incómoda, Noa pavoneándose de ser la niña más linda del barrio, Hinata teniendo a su hermana mayor en como una especie de ser de luz, o el trío de niñas “ayudando” a la prota con su ansiedad social. La verdad es que no me quejaría si estas situaciones fueran para chistes de única ocasión pero se repiten más que el ajo y ni siquiera resultan genuinamente cómicos. No estoy pidiendo que me des un puto desarrollo de personajes ni mucho menos, que esto es un slice of life… pero trata de hacerme gracia QUE ME ABURRO.

El ÚNICO episodio entretenido es el sexto, justo a la mitad de la pendeja serie. Aquí se presenta un nuevo personaje que resulta ser compañera de instituto de Miyako y para nuestra sorpresa tiene una conducta acosadora contra nuestra protagonista, además de idolatrarla hasta al absurdo. Ver a Miyako desde el otro lado de la moneda es mínimamente interesante. Evidentemente este capítulo no es ningún punto de inflección ¿Para qué variar un poco en la dinámica de la serie si podemos llevar a cabo la otra mitad prácticamente igual?

 

Efectivamente el sexto episodio se queda, para mí, como el mejor de la serie. Para la recta final, a los 10 capítulos si somos precisos, yo ya estaba hasta los huevos de todo: de Miyako quedando en evidencia en casi confirmarnos de su interés romántico con Hana, de que hubiera episodios completos donde la gracia es que la tropa va a un centro comercial o similar y la prota sufra por tratar de desenvolverse en público… pero sobre todo de que no pasara NADA la mayor parte del tiempo más allá de estar en plan “¡¡mira nada más que monada de niñas!!”.

Y hablando de monadas, la serie da lo que promete. Con un estilo de dibujo que apelan a nuestro instinto de adorar y proteger todo lo que es chiquito, redondito, suavito y con ojos grandes me cuesta encontrar otro anime cuyos personajes estén diseñados de manera tan efectívamente linda. No es una obra que destaque por una animación despampanante pero sí por notarse el esmero en dotar de expresión a los personajes, sobre todo en lo facial; viendo todo la chamba que ha puesto el estudio en este apartado entiendo que hayan salido infinidad de memes e imágenes de reacción. No le puedo poner ninguna pega a trabajo de los actores de doblaje. En cambio la música usada dentro de la serie suena como si se tratara de una nana y no destaca apenas. 



Dejando claro el por qué la serie no me ha gustado no puedo hacer una recomendación amplia de Wataten! en lo personal. Pero SUPONGO que si logras desconectar el inmoral contexto que rodea la relación de Miyako con Hana y buscas un slice of life sin más pretensiones que ser mono pues… PUEDE que te guste dentro de todo.

TOTAL: 4

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