Momodora IV tarde o temprano tenía que caer por estos lares y en cuanto tuve la oportunidad de poseerlo no dude ni un solo instante. Desde que conocí de su existencia y luego de indagar un poco más sobre la saga sentí que estaba enamorado gracias a su pinta que irremediablemente se hace comparar con dioses de su género como Castlevania SotN, y es que la última entrega de esta saga; que es relativamente joven, contaba con todas las papeletas de ser un juego a tener muy en cuenta en la escena indie por su cuidada estética en pixel, una ambientación sombría que engancha al primer vistazo y una jugabilidad que prometía desde sus primeros videos acción y exploración con altas dosis de dinamismo...he aquí mi reseña sobre si al final supera las expectativas y no se queda en una buen impresión inicial solamente.
Momodora
IV, que en realidad se llama “Momodora Reviere Under the Moonlight,
se estrenó en la tienda Steam a principios de marzo de 2016 y su
caso es cuanto menos curioso, dado que la tercera entrega, Momodora
III, está al absurdo precio de 25 pesos que al cambio apenas supera
el euro, y las dos primeras partes se pueden conseguir de formagratuita en el siguiente sitio. Básicamente estamos hablando de la
primera gran apuesta del pequeño estudio “Bombservice” para
hacerse un hueco en esta encarnizada guerra que no tiene piedad a la
que llamamos industria del videojuego.
El
título que hoy reseñamos es lo que se puede deducir a simple vista,
un juego de acción plataformero con tintes de exploración que
recuerda tanto a la saga Metroid cómo Castlevania pero que por
desgracia no le llega a la suela de los zapatos a ninguno, no quiero
decir que Momodora IV sea una putísima mierda... pero cuando
hablamos de mecánicas de juego y posibilidades este resulta ser
demasiado simple. Desde el principio contamos con un abanico de
movimientos que se amplia muy poco conforme avanzamos en la aventura
y las armas que disponemos para hacerle frente a la horda de
monstruos son únicamente las que tenemos también en el inicio;
estas son: una hoja mágica de árbol que funciona como una suerte de
espada a corta distancia y un arco para atacar de lejos. Además de
esto contamos con un movimiento evasivo para rodar por el suelo y el
clásico salto doble.
Esto
al principio rifa un puto huevo, el tener a un personaje que se nota
versado en el noble oficio de partir madres en lugar de un imbécil
que apenas puede levantar la mano da pie a que las cosas se pongan
intensas desde un inicio, además de vernos obligados a dominar a
nuestro personaje aprovechando todo su potencial... pero sabes que
algo falla cuando te pasas todo el pinche juego haciendo lo mismo una
y otra vez. Hace falta esa retroalimentación de parte del juego en
forma de incentivos para seguir avanzando sin caer en la rutina como
pasa en este caso y eso es importante pues estamos hablando de un
título que apenas supera las 4 jodidas horas, al final que dure tan
poco ayuda a que no caiga en una profunda monotonía.
Aun
siendo un juego bastante plano en este aspecto tiene sus cosas
interesantes, la más notoria es obtener la habilidad para
convertirse en gato y que nos permitirá acceder a sitios inéditos,
recorrer mayor distancia al saltar y ser más veloces, junto a la
habilidad de esquivar en el aire poco más tenemos a destacar. La
única manera de realmente notar un crecimiento en nuestra
protagonista es por medio de diversos potenciadores que podemos
encontrar por la zona o gastando dinero en los diferentes vendedores,
ninguno es necesario para completar el juego aunque algunos facilitan
las cosas hasta cierto punto. Estos objetos tendrán nombres muy
rimbombantes pero a efectos prácticos suben algunos de nuestros
parámetros, ayudan a recuperar energía o hacen que la barra de esta
misma aumente.
Dado
que el factor rolero está en su mínima expresión la pericia de
nuestras manos será crucial para completar con éxito nuestra
misión. El contraste que existe entre la sacerdotisa que manejamos y
los enemigos que alegremente hace polvo es bestial en todos los
sentidos; a diferencia de nosotros, la gran mayoría de los enemigos
apenas se mueven y esperan a que nos acerquemos para atacar, pero
para compensar que parecen estar encadenados al piso pegan como todo
un señor, apenas 3 golpes pueden bastar para matarnos de forma
definitiva, para este fin tenemos una variedad aceptable de
contendientes: calaveras que disparan magia, calaveras que tienen
espadas gigantescas.... brujas que vuelan, brujas que lanzan magia,
brujas que tienen un bastón para ataques a distancia y brujas que
vuelan mientras usan un bastón para lanzar magia a distancia;sí, la
variedad está ahí.
Los
jefes de zona son para dar de comer aparte. Son infinitamente más
poderosos y rápidos y sus patrones de ataque no se limitan a un solo
movimiento, es probable que casi todas nuestras muertes sean a causa
de un enfrentamiento con ellos. De todos modos su accionar no es
impredecible y en un solo intento o después de unos cuantos serán
pan comido... mención especial al jefe final de todo el juego que
tiene el patrón más simple de todos los pinches monstruos.
El
mapa que vamos recorriendo sigue la misma tónica dado que su
exploración es muy limitada y sin duda alguna es lo que más me
duele de todo el conjunto. Más allá de los potenciadores no existen
apenas cosas que nos inciten a explorar; bueno, la caza de unos
bichos, y el perderse o el volverse para desbloquear zonas nuevas
pasa en escasas ocasiones, o sea que no se puede ser más lineal
porque no se puede.
Aun
con estas fallas me gustó mucho el juego, es lo más parecido a un
Castlevania que he jugado desde hace eones y se notaba que tenía
ganas de algo del estilo. Sí, el mapa no da para perderse y se echa
en falta acertijos y accesos difíciles que nos hagan emplearnos a
fondo con nuevas habilidades pero eso no quita que moverse por la
ciudad maldita sea una puta delicia y el combate con todo y su
simpleza resulte extrañamente satisfactorio. La sacerdotisa responde
a la perfección y el acceso rápido a nuestras habilidades asignadas
es muy cómodo, será mera divagación mía pero siento que el afán
por ofrecer un control que se nota mimado les ha pasado factura a la
hora de cuidar otros aspectos, no quiero sonar condescendiente pero
hay qué tener en cuenta que hablamos de un estudio conformado por
apenas tres personas.
El
apartado técnico está muy chulo, se es bien sabido que la estética
pixel es una de mis debilidades y el usado en Momodora IV me parece
bastante bonito. La primera zona, la del bosque, me parece una puta
pasada pero todo lo que conforma la ciudad, el 80% del mapa, lo es
aun más. La ambientación es oscura y solemne, las afueras del
castillo con esa penetrante luna roja que se cierne sobre la
arquitectura mientras recorremos un puente con agua alrededor
reflejando nuestra figura en total penumbra, iluminados por las
farolas es una de las postales que podemos sacar del juego. Todas las
zonas que visitamos tienen esos aires decadentes pero con una belleza
intrínseca que enamora: un parque marchito, un monasterio sumido en
la oscuridad con monjas que rezan en silencio o las casas poseídas
por demonios son algunas de las localizaciones que deberemos visitar,
toda con un detalle y estética que en lo personal se lleva puros
halagos.
El
diseño de personajes y enemigos también me agrada aunque, como en
todos lados, existen opiniones divididas que prefieren la estética
chibi de los primeros episodios o directamente les desagrada. Tampoco
son diseños la mar de vanguardistas pero algunos como la misma
sacerdotisa, la soldado que de forma recurrente se cruza en nuestro camino o la mega bruja de
los pechotes han calado bastante en la comunidad de fanart, sorpresa
ninguna.
Lo esperable vamos
La
banda sonora no pasará a los anales de la historia, sí tiene temas que se escuchan bien y
ambientan genial pero ninguno que traspase las barreras del olvido
después de algún tiempo, en varias zonas se ha optado por
prescindir de música alguna para dar paso a sonido meramente
ambiental,todo sea para crear atmósfera de tensión... supongo.
Por
último y menos importante, está la historia,
presentada de forma incomprensiblemente diluida. Estoy a favor de que
no en todas las historias debes ser el centro del mundo y dejar que
tus alrededores te quieran contar detalles del universo está chido
pero Momodora IV no se presta para eso y realmente siento que ocultar parte del contexto para que
lo descubramos hablando con los diferentes personajes o leyendo la
descripción de objetos hace que se pierda el poco interés que
genera una historia tan simplona y con tan poca chicha en realidad. En resumen, somos una sacerdotisa
seleccionada para derrotar al mal que engendró en un reino cercano a
nuestras tierras con ganas de pervertirlo todo, de vez en cuando nos
encontraremos con gente que nos revelará qué pasa y así.
En
conclusión. Por 109 pesos que vale el juego tienes de 3 a 4 horas de
aventura en una primera partida que puede extenderse si nos ponemos
coleccionistas, queremos sacar el final bueno u obtener los logros
que van desde no morir en toda la partida, evitar matar a enemigos
comunes o pasar todo el juego en la dificultad máxima; donde morimos
de un golpe. A menos que realmente te llame la estética mucho y
tengas ganas inmensas de probar algo que recuerda un poco a
Castlevania recomiendo esperar una rebaja, digo... por 109 es un poco
difícil recomendarlo, pero por 50 o menos lo recomiendo muchísimo y
para la tarde que te va a durar siento que la experiencia vale la
pena.
TOTAL:
7
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