Gravity Rush 2 es mi primer acercamiento con la saga producto de Japan Studio en colaboración con el famoso Team Siren, de hecho el responsable es Keiichiro Tomaya que es bien conocido por ser el padre de obras como Silent Hill y Siren… todo esto lo ignoraba hasta tiempo después de haberlo terminado. Mi intención era empezar con la primera entrega remasterizada pues Gravity Rush para PS4 pero está imposible de conseguir y cuando encuentras a un cabrón que lo tiene este seguro lo da únicamente por las perlas de la virgen, o sea que tiene un precio ridículo para tan siquiera plantearme su adquisición. Pero del mercado en México y los especuladores hablaremos en otra entrada (que nunca llegará).
El
juego inicia lento, por no decir que las primeras horas era un puto
aburrimiento ir como un globo perdido por lo aires, pero uno que va a
toda pastilla. La cosa mejora cuando termina el prólogo y nos
sueltan en una ciudad inmensa que tiene 4 áreas grandísimas para
hacer el imbécil con los poderes de Kat y para mantener la frescura
agrega con el tiempo estilos de combate nuevo… o por lo menos para
mitigar la puta monotonía de ir volando sin más porque realmente la
ciudad está de adorno y más allá de servir como un área grande
para coleccionar gemas, tomar fotos o ser el punto de inicio de
retos, misiones secundarias o principales no tiene absolutamente
ninguna actividad, NADA. Pero si de por sí me molesta que la
bellísima zona donde se desarrolla esta entrega esté más parca que
mi vida amorosa lo que realmente me ha sacado de quicio son las
benditas misiones secundarias que seguramente fueron ideadas por un
lunático.
Podría
decirse que las misiones secundarias son las que en realidad tratan
de darle un poco de vidilla a la ciudad porque son aproximadamente 50
y tratan de aprovechar todo lo que Kat puede dar de sí, algunas son
las típicas de escoltar o seguir sigilosamente a algún personaje,
hacerla de justiciera derrotando alguna banda de malandros, perseguir
borrachos en tacones mientras evitas que la gente te manosee…
detener una invasión de alienígenas que han poseído personas….
destapar la infidelidad de un hombre siguiéndolo y espiandolo desde
fuera de la habitación de un motel… Llegar al fondo de unos
macabros rituales satánicos dentro de un instituto… vamos, lo
típico.
A
pesar de la premisa de estas misiones son en general absurdas y da
para momentos desternillantes e inclusive dramáticos pecan de ser en
gran parte de los casos dilatadores artificiales de las horas
necesarias para alcanzar el 100% del juego o obtener desbloqueables
en forma de trajes o talismanes y lo hacen con todo el descaro del
mundo. Las misiones de “dale esto a tal persona” nos traen como
idiotas buscando gente por toda la ciudad, muchas veces tenemos que
ir preguntando a los transeúntes sobre el posible paradero de
nuestro objetivo y esto puede llevar MINUTOS únicamente preguntando
y dando vueltas por una plaza.
Por
si fuera poco a veces al juego se le va cabrón la onda y por sus
huevos decide tenernos atorados un tiempo hasta que se le apetece
activar el siguiente evento necesario para avanzar la misión. El
caso más notable me ocurrió durante una misión donde tenía que
encontrar un muñeco, el cual se vendía en tiendas y al ser tan
demandado obviamente estaría el 100% del tiempo preguntando local
por local. Llegó un punto donde a lo lejos divisé una tienda que
estaba armando un barullo tremendo y doy por hecho que ahí estaban
vendiendo mi preciado muñequito pero al acercarme me resultó
imposible interactuar de alguna forma, así que tocó seguir dando
vueltas hasta que 2 minutos después pasé de nuevo frente a la misma
tienda donde ya hacía una caterva de gente y ahora sí… me dejó
interactuar para terminar la misión.
Sería
más tolerante si jamás hubiera vuelto a toparme con esta pesadilla
de nuevo, vamos que quedará como un evento furtivo pero al
tiempo se añaden más misiones y caí en la cuenta de que es la
misma pinche gata pero revolcada. Me enerva porque algunas misiones
ayudan a entender mejor a ciertos personajes e inclusive se abren
pequeñas subtramas que a través de hacerlas llegan a una conclusión
y obligatoriamente me tengo QUE TRAGAR CON PAPAS 1 O 2 HORAS DE JUEGO
DANDO VUELTAS PERDIENDO LITERALMENTE EL TIEMPO. El descaro no termina
ahí. Las de escolta son un coñazo de cuidado porque es ir a a paso
de caracol por tramos considerables, ahí también se te va la puta
vida.
Yo
considero que los verdaderos jefes finales del juego no son las
mastodónticas bestias que reparten tortas cada cierto tiempo, sino
que son las misiones secundarias (y algunas principales) que hacen
una mezcolanza con todo lo anterior añadiendo además un poco de
maldad extra. O sea, tenemos misiones donde hay que buscar a alguien
para que después nos mande a encontrar algún objeto o perro,
patearse la zona hasta dar con el objeto en sí previo cuestionario a
todo ser reptante que encontremos, si es un perro lo más seguro es
que tengamos qué atraparlo y acompañarlo con su dueña, ya con eso
se te fue toda una vida.
Ojito
que algunas están hasta bien porque son rápidas de hacer,
entretenidas, ponen a prueba tus habilidades como jugador y cuentas
cosas chidas para la historia, pero sabes que el asunto está denso
cuando las pinches misiones de repartidor son mas pasables o te
alegras de tener que pelear con uno de los sistemas de lucha cuerpo a
cuerpo más insípidos que he podido presenciar en lugar de estar
haciéndola de investigador privado por un puto parque; que también.
El sistema de combate de Gravity Rush 2 es engorroso, aburrido y la
cámara vuelve este desmadre un caos total, pero ya para la reseña
(que a lo mejor nunca sale) comentaremos esto con más calma.
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