sábado, 17 de noviembre de 2018

Reseña Anime: Asobi Asobase

 

Hace unas horas terminé de ver el que es de momento el mejor anime del año, por lo menos de los únicas dos series visionadas por este servidor, y no es otra que la abordada el día de hoy en este santo blog, Asobi Asobase. De esta forma la serie producida por el estudio Lerche representa un vendaval de aire fresco ante un año que, de momento porque aún queda series pendientes, no me ha sorprendido en lo más mínimo para bien. Y es que… joder, tenía muchísimo tiempo sin ver un producto animado venido del país del sol naciente capaz de sacarme ya no solo una enérgica carcajada sino simplemente hacerme un mínimo de sincera gracia, de esa que calienta el corazoncito un poco.
Asobi Asobase fue concebida originalmente como un manga que a día de hoy sigue publicándose y además de la actual y genialérrima adaptación al anime del 2018 tiene de miras a futuro un OVA para estrenarse en el venidero mes de diciembre además de los lanzamientos en físico con todo tipo de parafernalia que aquí no vamos a oler. Y bueno ¿De qué va esta madre? Ya te digo yo que de un club escolar formado por tres adorables adolescentes cuyo único propósito es jugar, y nada más.

Esta premisa junto al aspecto pasteloso y encantador da pie a pensar que estamos ante otro anime más donde se exprime al máximo todo el “waifu material” y moe que exudan las típicas series “slice of life” de chicas monas siendo… pues eso, chicas monas. PEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERO la cosa tiene trampa y la impresión inicial que se da durante los primeros instantes al presenciar la secuencia de apertura no apta para diabéticos se esfuma en una cachetada, literalmente.



La serie inicia con Nabiki, una de las tres protagonistas, sumida en un monólogo interno que alude a lo fatal que se le dan los juegos de todo tipo, motivo que provocaba que su hermana mayor le ganara siempre las disputas para decidir quién iba por el mandado, motivo por el cual odia este tipo de entretenimiento. Nabiki es interrumpida por Hanako y una estudiante recién llegada, Olivia, que juegan una estrepitosa versión japonesa de “piedra, papel, tijera” con dolorosos resultados que echan por tierra todo ápice de inocencia que la serie podría atesorar. Hanako durante un tormentoso dilema existencial decide dejar el club escolar de softball por sentirse totalmente desdichada y a la par se aventura a fundar su propio club junto con Olivia, Nabiki al ver la oportunidad perfecta para subir sus notas de inglés con la ayuda de Olivia (que es de padres estadounidenses aunque es japonesa de nacimiento y de inglés sabe absolutamente nada) le entra también a cambio de servir como guía que enseñe a la primera toda clase de juegos. De esta asociación nace El club de estudio de los jugadores, el cual según su fundadora busca la felicidad. Se puede decir que a partir de este instante la serie sale disparada hacia el absurdo



Asobi Asobase es una comedia donde se nota que el más importante y sincero objetivo es hacerte reir sin mayores pretensiones. El esquema manejado por la serie ya lo hemos visto en anteriores productos como la popular Nichijou, esto es que cada uno de sus 12 episodios se divide en diversos segmentos, todos girando en un concepto u evento único que además de dar lugar a los constantes gags físicos o chistes subidos de tono también vemos un desarrollo constante de nuestro trío protagonista tanto de forma individual como en su dinámica de grupo. 

 

Por lo general los segmentos abordan juegos o juguetes tanto tradicionales como más propios de nuestros tiempos pero también tendremos bastantes partes donde algún personaje secundario toma protagonismo y donde las consecuencias de los eventos relacionados con ello no caen en saco roto pues en algún momento posterior los volveremos a ver… pero ya escaldados por tener qué lidiar con nuestras adorables chiquillas.



Es verdad que el humor no es para todo el mundo (frase trillada número 4 en reseñas), además de hacer uso intensivo de humor físico están chistes bastante verdes o de índole sexual que van muchísimo más allá de las simplonas bromas de pechos, tan habituales en este majestuoso y achuchable medio. Algo también destacable es los altos niveles de aleatoriedad presentes en la series, realmente uno no sabe qué jodida demencia o situación estúpida vamos a presenciar a continuación y aun con esto dicho Asobi Asobase mantiene una consistencia y desarrollo de segmentos asombrosamente bien ejecutado… o por lo menos que funciona la mayoría de las veces. 

 

Cual efecto bola de nieve tenemos situaciones en un principio nimias que escalan de magnitud a cotas  trascendentales; ejemplos de esto hay muchos: Desde una decisión de atuendo para un salida que termina en el incendio de todo un restaurante, cómo el comportamiento de Olivia y el querer hacerse pasar como una verdadera americana le pasa factura al ser seleccionada por su clase para un concurso de oratoria en inglés que lleva al grupo a construir un jodido robot/muñeca inflable que dice todo tipo de sandeces o cómo una película ideada por el club lleva a buena parte del elenco de personajes a una oficina con un cuerpo aparentemente sin vida que ha salido de la puta nada; y todo esto con el factor aleatorio a todo lo que da. 

 

De las cosas que más he disfrutado a lo largo de los 12 episodios son los segmentos de juegos. Sí, la serie hace su trabajo de mostrar al público algunos de los juegos más populares pero de una forma salvaje con oportunidad para todo tipo de cerdadas. Es sorprendente cómo se llega a sobredimensionar un juego de tablero con castigos de auténtica vergüenza o retos más propios de Jackass por el peligro a la integridad física que los participantes son sometidos, mis auténticos dieces para esto. Como en el resto de la serie aquí un simple juego puede llevarse a límites absurdos totalmente alejados de la realidad.



Si bien tenemos un desarrollo constante del trío protagonizado por Hanako y compañía que no está nada mal, más para un show que se centra casi exclusivamente en la comedia,  pues llegamos a conocer muchos aspectos de ellas como lo son su particular temperamento, gustos e inclusive demonios internos; no podría decir que son dueños absolutos de la serie y de hecho me ha gustado el tratamiento a los personajes secundarios. Conforme la serie avanza más y más personajes se suben a la demencial nave del Club de estudio de los jugadores hasta formar un elenco muy consistente con apariciones regulares cada ciertos episodios; así tenemos a la maestra de inglés que en algún momento se une a las reuniones del club, el extravagante mayordomo de Hanako que aparece sorpresivamente y es capaz de lanzar rayos del culo, una estudiante fanática a los temas paranormales o la presidenta del consejo estudiantil que está fatal de la cabeza como recurrentes.



Un puntazo es el apartado artístico y la animación. Como bien ya lo mencioné se ha decidido por un aspecto base con colores pastel y trazos finos para crear esa aura dulce pero sobre todo amable que se rompe de forma abrupta con expresiones que realzan reacciones, llegando a utilizar todo tipo de estilos de dibujo muy resultones. Se nota que se le pusieron huevos a los personajes y a la animación en general, esto llega a apalear bastante el hecho de que las locaciones que se ven en el show se repiten todo el tiempo: el salón vacío donde nuestras chiquillas juegan, los pasillos de la escuela y poco más, de esta forma nunca se siente algún tipo de reciclaje. La comedia física está acompañada de una animación muy resultona que en muchas ocasiones se presta para dar el remate perfecto a algún gag o para ser motor principal de este. No tengo pegas importantes sobre este menester y como bien pueden ver de reacciones alocadas vamos bien servidos.



La música también aguanta lo suyo, el tema de apertura resulta casi una broma si tenemos en cuenta el verdadero tono de la serie y la canción para el cierre está de putísima madre, contrasta la música de rock metal con el meloso tema de la apertura. Dentro de la serie el tono de la música cambia cuando la situación lo amerita; riffs pesados de guitarra cuando una salvajada pasa, por decir algo. Las voces están geniales, las actrices logran imprimirle personalidad a cada frase que emiten las protagonistas y me encanta el tono que toman cuando se están desviviendo por algo.



En fin, el show me ha gustado tanto que espero con ganas el OVA que está por estrenarse pronto. Dudas no debería de haber sobre este anime ya, aún mostrándose como un producto que se ve tan genéricamente encantador y bonito estamos ante una serie gamberra sin temor a hacer chistes de penes o a burlarse de alguien así por las buenas. Si estás buscando algo mínimamente cómico esta serie la recomiendo ampliamente, logró entretenerme bastante y aun sin ser una obra maestra la veo como un producto potable que no merece pasar desapercibido.



TOTAL: 8

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