Resident Evil vuelve a este especial y con una parte en específico que adoro con toda mi alma. Resident Evil 4 es junto con REmake mi favorito, es algo que ya se sabe pero nunca está de más reiterar… o puede que sí. Sea como sea, estoy seguro que muchos lectores ya se esperaban la mención de los Regeneradores en el especial.
De
alguna manera se podría decir que el último tercio del juego es la
parte más trepidante, por decir algo, y sé que muchos consideran
los últimos compases del juego como lo peor o más flojo del mismo.
Yo mismo he comentado que por ambientación, enemigos y puesta en
escena sí se nota menos inspirado; pero también es cierto que tiene
la pelea contra un jefe más tensa de todas donde enfrentamos a U-3:
Y
a uno de los enemigos más temidos de la saga, especialmente
meritorio si tenemos en cuenta que solo aparece en RE4 durante el
capítulo 5, el Regenerador. Leon llega a una isla en busca de Ashley
luego de que fuera raptada de nuevo por los esbirros de Saddler.
Después de una fiesta organizada por un comité de bienvenida que
incluía un macizo disparando una gatling Leon logra llegar a lo más
profundo de los laboratorios.
En
esta planta encontramos una zona exclusiva para procedimientos
quirúrgicos y al entrar podemos ver en que en dos quirófanos reposan dos víctimas de los experimentos de Saddler. El primero sufre en una sala cerrada mientras el segundo es un pobre diablo que
estaba en pleno proceso de infestación por un espécimen de las
plagas, en esta sala Leon encuentra unas notas que hablan sobre los
Regeneradores y una llave electrónica para acceder a otras
habitaciones del complejo, justo cuando se digna a salir del
quirófano un estruendoso ruido se escucha para dar paso a uno de los
mentados Regeneradores.
Poca
broma con estos cabrones. Su aspecto es humanoide con piel grisácea,
cuenta con afilados dientes y con unos aterradores ojos
rojos que parecen ser capaces de penetrar hasta nuestra alma. Su
lentitud a la hora de caminar la compensan con extremidades
superiores capaces de estirarse varios metros con el fin de agarrarnos y si le son amputadas una o ambas piernas pueden
retorcerse y pegar saltos para el mismo fin. La característica más
notoria de estos monstruos es la capacidad de regenerar sus
extremidades y ser brutalmente resistentes al daño; su único punto
débil es el grupo de plagas sanguijuelas que son su soporte vital y
están por todo su cuerpo pero invisibles a simple vista. El primer encuentro con el regenerador es
inolvidable; pegarle varios tiros de nuestras mejores armas y ver
cómo ni se inmuta da una sensación solo comparable al pánico
generado por su demencial respiración trémula:
Al
poco tiempo llegamos al congelador del laboratorio, solo para mirar
con horror que una cantidad espantosa de estas criaturas yacen
colgadas esperando su activación. Aquí podemos encontrar la mirilla
con visión termográfica para el rifle francotirador, un aditamento
muy útil para identificar a las plagas del cuerpo de los
regeneradores.
Por
si este ente no diera el suficiente miedo no tardamos en encontrar a
una versión alterna, el Iron Maiden:
Además
de poseer las mortíferas características del original este cuenta
con púas en todo el cuerpo que pueden ser extendidas de forma rápida
para dañarnos.
Los fascinante de estos amigos es que están puestos un poco a traición, me explico: siempre suelen aparecen en salas o pasillos con un margen de maniobra limitadísimo; confiarse un poco puede ponernos en la incómoda situación de estar apuntándole con nuestro rifle a escasos metros tratando de acabar con todas sus plagas mientras lentamente se acerca, arrinconándonos y sufriendo la tortura de escuchar su respiración. Sus apariciones son pocas pero se quedan a fuego en la mente de uno; dejando fuera al primero destaca el regenerador del congelador o el de la prisión abandonada, oculto dentro de una celda, esta última me puede al punto de que siempre lo ignoro y opto por salir disparado hasta la puerta de salida.
Los fascinante de estos amigos es que están puestos un poco a traición, me explico: siempre suelen aparecen en salas o pasillos con un margen de maniobra limitadísimo; confiarse un poco puede ponernos en la incómoda situación de estar apuntándole con nuestro rifle a escasos metros tratando de acabar con todas sus plagas mientras lentamente se acerca, arrinconándonos y sufriendo la tortura de escuchar su respiración. Sus apariciones son pocas pero se quedan a fuego en la mente de uno; dejando fuera al primero destaca el regenerador del congelador o el de la prisión abandonada, oculto dentro de una celda, esta última me puede al punto de que siempre lo ignoro y opto por salir disparado hasta la puerta de salida.
No es difícil saber por qué esta criatura es considerada como una
de las más aterradoras de la saga; aparece en el momento exacto para
recordarnos que esto sigue siendo un Resident Evil y sin importar qué
tan bien equipados estemos la sensación de indefensión es palpable
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