domingo, 18 de agosto de 2019

Reseña PS4: Rock of Ages II: Bigger and Boulder

 

A veces uno quiere echarse una partidita de algo fresco; sí, eso de zamparse los pesos pesados del mundillo está muy bien pero también vale la pena voltear a ver a los pequeños estudios y a la escena independiente que muchas veces tienen cosas muy interesantes para ofrecer. Dentro de la oferta podemos encontrar títulos que apelan a la nostalgia, obras que retoman géneros no tan comerciales y también un buen puñado de rarezas difíciles de clasificar y que nada más siendo probadas uno puede entender la magnitud de su belleza.

En esto último entra perfectamente Rock of Ages II, un título desarrollado por el estudio chileno ACE Team, que mezcla un Tower Defense con… pues… otras cosas, añadiendo a la ecuación un apartado artístico tremendamente peculiar que sube a la palestra distintos estilos de pintura y escultura aderezado además por un hilarante sentido del humor. De hecho la peculiar propuesta visual y sus cinemáticas cargadas de momentos desternillantes es lo que más puedo destacar de todo el conjunto y la jugabilidad se ve un poco relegada.

El juego tiene tres vertientes principales de juego: Un solo jugador, mutijugador en linea y local. Para un solo jugador tenemos la campaña como el modo más jugoso, aquí es donde gran parte del humor aguarda pues controlamos a Atlas que ha bajado a la dimensión de las obras de arte a recuperar a la tierra luego de perderla en un descuido, esto nos llevará a combatir en hilarantes batallas que involucran piedras gigantes contra personajes históricos y ficticios en escenarios fantásticos de trazado inverosimil.



Los enfrentamientos en el juego disponen a nuestros contendientes en los extremos del mapa que consiste en un camino tortuoso que conduce a la fortaleza donde ambos capitanes comandan el ataque. El objetivo es romper la puerta principal de la fortificación a golpe de rocas gigantes. La roca una vez lanzada se controla de manera manual cual carro de carreras y depende de nosotros que esta llegue íntegra y a la mayor velocidad posible para estamparse causando el máximo daño a la fortaleza enemiga. No solo tendremos qué preocuparnos de conducir la bola de demolición, también de evitar que esta sea destruida por los obstáculos enemigos y como el contrincante está en labor de destruirnos pues también es menester poner defensas que nos ayuden a mermar la fuerza del impacto y a retrasar su llegada.

A nuestra disposición contamos con una variedad considerable que servirán para defendernos, desde vallas para mermar velocidad, explosivos, trampas que cambiar la dirección de la bola, unidades pesadas como elefantes, catapultas o… leones atados a globos.  Con cada ronda obtendremos dinero para invertir en estas defensas y más vale echarle un poquito de coco para aprovechar las unidades teniendo en cuenta las particularidades del terreno, aunque algunas están rotísimas y se vuelven una barrera casi infranqueable para la IA enemiga que peca de ser estúpida en muchas ocasiones. 



Conforme la campaña avanza desbloqueamos más unidades y piedras con diversas propiedades para ser lanzadas, pero estos aditamentos no logran dar variedad a una campaña que dura apenas 5 horas y que gracias a dios no va a más, de lo contrario estaríamos hablando de un juego que se torna aburrido. El modo historia no es para nada rejugable a mi ver. Una vez nos vemos todos los chistes que aguardan en las cinemáticas y luchamos en todos los escenarios no queda nada que incite a volver. 

Siguiendo en el modo para un jugador tenemos un modo contrarreloj donde se toma únicamente la faceta de conducción de piedras para llegar a la meta, se pueden subir los resultados a una clasificación en linea; pero no pude aunar mucho porque este modo en específico me crasheaba el juego, volviéndo imposible subir mis puntuaciones, una lástima. Ya para el modo multijugador contamos con el modo Partida de guerra que básicamente es un enfrentamiento como el de la campaña y una carrera de obstáculos.



Volviendo a la campaña principal. El juego presenta una curva de dificultad ascendente, pudiendo dar partidas muy reñidas en donde la disposición de las unidades y obstáculos tiene que estar pensada al milímetro y donde la velocidad y pericia a la hora de conducir nuestras bolas es crucial para ganar esos segundos que hacen la diferencia entre la victoria y la humillación, pero la IA no se salva de algunos chascos. Como bien mencioné, algunos obstáculos hacen que nuestro enemigo sufra puerco e inclusive existe la posibilidad de que su piedra quede atascada en algún punto del mapa y le sea imposible virar a otro lado, condenando la batalla a nuestro favor.

No es un juego exigente en cuanto a gráficos pero es bastante resultón y simpático tanto en sus cinemáticas como a la hora de jugar de verdad. Este título se mueve como la seda en PS4 y las ralentizaciones son prácticamente inexistentes a la hora de rodar como desquiciado. La música está bien y poco más.



Este juego es carne de rebaja, sin duda alguna, por los 5 dólares que me costó quedé más que satisfecho y si bien no me quedaron muchas ganas de volver luego de terminar la campaña y tocar los modos para un jugador no se puede negar lo mucho que disfruté del juego. Actualmente este títulos encuentra en las tiendas digitales de Switch, PC, PS4 y Xbox One… también existe un pack con su primera parte pero esta solo corre en consolas de la pasada generación. La neta está chido y pá echar desmadre un rato cae de perlas.

TOTAL 7

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