El ritmo de reseñas de Wii es bastante elevado últimamente,
de 5 entradas 4 pertenecen a este apartado, de momento solo planeo hacer otra
reseña de Wii aparte de esta por un tiempo, básicamente porque los siguientes
dos juegos de esta plataforma tomarán mucho en ser terminados, The Legend Of
Zelda: T.P. y Xenoblade Chronicles. Ambos títulos me parecen simplemente
grandiosos siendo el último considerado por este escritor como una puta obra
maestra y también en lo más alto del podio de juegos de la pasada generación.
Pero no estamos para alabar por hoy a esta obra, en su lugar vengo a dar mi opinión e impresiones en una entrada relativamente corta sobre Rhythm Heaven Fever, un simpático a la par que exigente título que salió cuando la Wii prácticamente estaba muerta perteneciendo a la última hornada de esta.
Al igual que en sus anteriores entregas se nos presenta un muy buen reto que pone a prueba nuestro sentido del ritmo machacando botones al compás de la canción, sacando así diferentes rangos y desbloqueando otros. Aunque no teniendo nada que envidiar en cuanto a la variedad y cantidad de pruebas a sus predecesores la fórmula se siente gastada y si se compara con la de GBA bastante más simplificada, en su momento no remarqué estos errores pero han pasado casi dos años y solo por eso lo dicho en ese tiempo pierde validez en cuanto publique esto.
Podemos remontarnos a los inicios de esta saga, 2006 para GBA en la que viene siendo también juego de última hornada, pero no nos extenderemos más, la saga ganó popularidad por importación de cartuchos, caso Elite Beat Agents, y el resto es historia, tenemos una IP de lo más prolífica con muchísimo margen de seguir divirtiendo si se busca nuevas mecánicas, es más si se vuelve a adoptar lo visto en sus inicios donde no se basa en solo pulsar botones de acción, sino de usar también gatillos y cruceta se marcan uno redondo junto a la posibilidades táctiles de 3DS o Wii U.
En fin, pasemos a lo importante. Rhythm Heaven Fever es un juego disponible únicamente para esta consola llegando a Occidente en diferentes fechas, meh; algo semejante como lo sería una historia es prácticamente inexistente, a menos que te valga para esto cada mini-juego y el propósito de tener que hacerlo, como un chico que patea balones para no espantar a la suerte de animal que la joven que le gusta está viendo, como un mono choca las palmas en un reloj gigante con otros o como una pareja de extraños hombrecillos golpean a figuras geométricas que gimen…o sea, esta madre no tiene historia.
Toda fase está representada en un colorido menú de selección, llegando a ser 50 en total más otras categorías extras como juegos infinitos para romper puntuación, otros tomados de GBA y algunos más sencillos solo para perder el tiempo como juguetear con una campana. Si nos centramos en el contenido verdaderamente fuerte lo he mencionado en este mismo párrafo, 50 minijuegos que van de simples tonadas a verdaderas canciones y por ende son más largos estas últimas.
Al principio la dificultad es mínima, solo para familiarizar con todo el concepto del juego y entrar en calor para después ofrecernos pruebas realmente duras. La entrada de hace dos años pecó de ser corta por no explicar bien los conceptos y la imposibilidad del redactor de intentarlo con resultados aceptables, pues bien… esto se repite, en realidad no del todo. No tenemos mucho que explicar, el juego pasa de hacernos agitar el mando como persona con ataques epilépticos y opta por lo más cómodo, pulsar los dos botones grandes de este y no existe ninguna pega pero resulta muy simple, sintiéndose otros comandos como la cruceta desaprovechados, esto no resultaría ningún impedimento para divertirse, créanme, el juego está de poca madre… pero si se usara la variedad aumentaría enormemente, que no la dificultad, esa sigue ahí chingando y haciéndote llorar como perra si quieres sacar resultados perfectos. En todo caso, sea como sea el juego exige pulsar el botón para seguir el ritmo, en algunas pruebas la primicia es la parte vocal, en otras el compás de la canción y marcar los golpes de batería/tambor/beats.
Agarrarle el chiste a las pruebas no es nada difícil, por lo menos a mi me ha parecido muy intuitivo, lo complicado llega al querer sacar el 100% del juego. En juego se comporta muy extraño aquí, en unas pruebas permite equivocarse muchísimo y en otras, aun siendo largas, apenas permite margen de error para sacar un sobresaliente. Con el paso del tiempo y de forma aleatoria se accederá a una prueba para sacarla perfecta, tres intentos, cero margen de error, una verdadera prueba para los que se crean los amos del ritmo. No es de gratuito que califique este juego de difícil, el juego se pasa con algunos problemas, pero para obtener todo el contenido es necesario sacar muchas pruebas perfectas y se exige una concentración brutal agregado a la presión extra de solo tener tres intentos para lograrlo cada mucho tiempo…ni opciones para practicar ni demás vergas, tres intentos o te jodes.
Las pruebas se nos ofrecen de forma variada, en este sentido la saga nunca nos ha fallado en presentarnos situaciones absurdas, aunque en esta ocasión se han pasado todavía más pueblos. En las primeras entregas las cosas no alcanzaban tantas cotas de aleatoriedad, tampoco es que un bateador alienígena, cazar fantasmas con flechas o jugar ping pong en el espacio fuera de lo más común…pero cuando te toca hacer pruebas tipo golpear la ya mentada figura para provocarle un orgasmo, o como una especie de robot viaja en una…cosa por el espacio sabes que estás ante una chorrada de nivel supremo; Ayudar a unos bailarines de tap, jugar raqueta en aviones o ver bailar langostas son solo pocas de las pruebas a disputar.
Los gráficos están más estandarizados que en entregas anteriores también, sobre todo en la de NDS, aquí ya no existen esos juegos en 3D con diseños obviamente diferentes a la mayoría, pero eso no le quita lo jodídamente diferentes que pueden llegar a ser, desde unos simplones hasta unas pinches muestras de psicodelia y colores lanzados a la pantalla a lo estúpido, aquí llueve para todos en el plano artístico brindándonos algunos cuadros difíciles de olvidar.
La banda sonora obviamente tiene muchísima importancia, al ser el pilar básico del juego no se conforma con nada y la música que suena es muy agradable con variedad pero no tiene la misma magia ya, no digo que le falte calidad a este apartado, está realmente cuidado pero ya no se me antoja tararear ninguna tonada en especial, es muy simpática pero la de NDS tenía una fuerza brutal, el tema de Karate Man me encanta entre muchos otros ya grabados en mi memoria. Pero nada, esto se lo debo al listón altísimo de la última entrega portátil que a algún fallo en el título de Wii.
Rhythm Heaven Fever es un título apto para todos los públicos, es exigente para todo aquel que busca tenerlo todo pero no desespera tanto a los que solo quieren pasar un rato, lo recomiendo ampliamente, dista mucho de ser un WarioWare pero tiene una frescura similar y un control sencillo.
Y así es como terminamos por hoy, esperando pronto volver a leerlos.
TOTAL: 8
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