lunes, 7 de octubre de 2019

Día 7: Lickers (Resident Evil 2)

 


Pocos enemigos más icónicos que los lickers, estos cabrones intimidan con su mera presencia  y nos han acompañado en el mundillo desde su debut en Resident Evil 2 siendo recurrente su aparición en muchas entregas que vinieron después. Tremendamente populares por venir de uno de las obras más vendidas en la historia de PSX pero también por su demencial aspecto semejante al de un humano desollado combinado con el de una lagartija de lengua kilométrica capaz de atrapar y asesinar a sus presas, artífice de pesadillas para los jugadores de esa época.

Estas criaturas son la culmen de la evolución de los humanos infectados por el virus T: previo a convertirse en las máquinas de matar que son, los lickers pasan de ser simples zombis a mutar en su variante más agresiva; los crimson head, enemigos que vimos por  única vez en el remake del primer Resident Evil. Precisamente en REmake se deja ver ya características anatómicas levemente desarrolladas de lo que terminarían siendo los rasgos más llamativos de los lickers, como las garras prominentes, el tono de piel rojizo y el considerable aumento de velocidad en comparación a los otros no muertos. Pero antes de convertirse en las bestias que todos tememos pasan por otra fase intermedia conocida como Regis lickers, criaturas vistas en la primera entrega de Resident Evil: Outbreak, los cuales tenían una morfología más semejante de un licker tal y como los conocemos:

 

Con la llegada del remake de Resident Evil 2 durante el presente 2019 era lógico que se esperaba con mucha expectación el tratamiento que tendrían y vaya que no han defraudado en lo absoluto.A diferencia del original RE2 donde la primera aparición de este enemigo se da con una cinemática para apreciarlo en todo su esplendor:



En el Remake se prescinde de aparición vía escenas que cortan el juego para que su intromisión nos tome por sorpresa si no vamos con cuidado:



Una vez aparecen, estos seres se adueñan de varias partes de la comisaría, volviéndo su transito en secuencias de vida o muerte aunque no son del todo insorteables. Entre las diversas notas desperdigadas por el inmueble encontramos una donde se lee el testimonio de un agente de policía y cómo, de momento, se libró de ellos. Se menciona en este escrito que aparentemente son ciegos y se guían por el sonido así que la mejor recomendación hacia estos enemigos es hacer el menor ruido posible. 

Lo más común es verlo en binas, confiarse para atacar a uno pensando que está solo es un error muchas veces fatal. Además de venir acompañado de un colega, los lickers son muy resistentes, fácil se pueden chutar todos los tiros de una escopeta cargada al 100% y necesitar otro par más para rematarlos, la lógica ante esto dicta que lo mejor es hacerle caso a la nota del agente y pasar por donde estos acechan sin hacer apenas ruido, esto incluye correr. Lo chistoso es que en un ala custodiada por lickers pueden aparecer zombies o el puto de Mr X, los cuales son mucho más difíciles de esquivar si vamos con pies de plomo. Escuchar a nuestro persecutor de gabardina negra entrando a una sala donde tenemos a dos lickers encima de nuestras cabezas es pura salud, sí señor.

Actualmente mis partidas acaban con un saldo blanco de lickers, no solamente no elimino a uno, tan siquiera les disparo por el gasto de munición que representan; eso no quita que les tenga muchísimo respeto. Estos cabrones son los que más sustos me han sacado en el juego y no importa cuántas veces lo retome, sus apariciones siempre son acompañadas por un sobresalto o con la sensación latente de que todo está a punto de irse a la porra. 



Una de las escenas más tensas que he vivido aconteció en mi primera partida. Previamente había enfrentado directamente a dos de estas bestias ¿El resultado?, salir bien escaldado, por lo tanto cambié la forma de afrontarlos a simplemente dejarlos estar y atravezar el sitio con toda precaución posible de mi parte. En una vuelta tuve la mala suerte de quedar atrapado en medio de un pasillo sin salida con un licker que acababa de bajar del techo y se dirigía a su posición; en lugar de liarme a disparos decidí aguantar lo máximo posible con la esperanza de que se diera la vuelta.  Literalmente estaba entre la espada y la pared, ya me preparaba para disparar con la mermada munición restante de mi lanzagranadas; no solo estaba en juego la vida sino también un doloroso progreso de media hora que negaba a culminar con la muerte. Me enfrasqué en un fugaz debate entre empezar a disparar o aguantar totalmente arrinconado con la esperanza de que el cabrón se diera media vuelta sin notar mi presencia, me incline por lo segundo. La suerte estaba echada, el licker se acercó lentamente a una distancia peligrosamente cerca de... ya no había vuelta atrás, si empezaba a disparar no tendría ninguna oportunidad por lo cercano del monstruo al que solo le bastaría un golpe para finiquitarme, estaba seguro que no podía meterle más de dos tiros, insuficientes para matarlo. El licker se detuvo a un palmo de mí, se dio media vuelta y volvió a subir por una pared al techo; apenas entendí mi suerte fui a la sala de guardado más cercana a llorar de felicidad.

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