martes, 1 de octubre de 2019

Día 1: La cabaña (Resident Evil)

 


No siempre he sido un jugador ávido por el terror, inclusive puedo decirles que de joven era un auténtico miedoso, de esos que no podían ver una película de terror sin tener pesadillas durante una semana, de juegos ni se diga. Yo era de tenerle miedo hasta a los modelos humanos de los juegos de PSX por lo tremendamente grotescos que llegaban a ser, pero también la pasaba mal si el juego ponía sobre la mesa una mínima carga de tensión, como recorrer Hyrule de noche en Ocarina of Time.


Durante toda mi infancia me había privado de cualquier juego con un mínimo atisbo de terror; juegos como Bioshock, Gears of War o Resident Evil 4 eran alejados voluntariamente porque no era videojuegos que pudiera considerarlos disfrutables.

Fue hasta la mitad de la generación pasada que me atreví con mi primer Survival Horror, Resident Evil Remake. En ese entonces acababa de comprar un consola Wii y decidí que una manera especial de estrenarla era con un tipo de género que ni con un puto palo hubiera tocado en en el pasado. Ese día se alinearon varias cosas para hacerme con Resident Evil Archives; la primera, y de más peso, el precio reducido del juego;  viéndolo desde el prisma de lo que un muchacho de secundaria podía permitirse gastar era más viable que cualquier juego de Nintendo; y la segunda, la euforia de tener algo entre manos para estrenar mi flamante blanquita, difícilmente me iba a contentar haciendo el tonto semanas enteras únicamente con Wii Sports

REmake fue mi bautizo de fuego, a partir de haberlo jugado en profundidad empecé a cultivar el gusto por el género hasta convertirlo en uno de mis favoritos. Evidentemente la pasé mal durante toda la aventura y la única manera de seguir avanzando era ponerlo a plena luz del día porque de lo contrario no hubiera ni siquiera salido del hall principal, la sala donde empieza la campaña. Si bien la cinemática del primer zombi devorando a un elemento de los S.T.A.R.S. es de las escenas más icónicas, junto a la batalla contra el Tyrant, a mí me llegó muchísimo más  otras situaciones; como la corta pero intensa estadía en los laboratorios, el resurgimiento de los zombis caídos como feroces bestias con garras enormes o el cadáver colgado en la casa de invitados… pero aún así nada se compara con el momento, que para mí, es el más aterrador de todo el juego.



Vamos por partes. El Remake de este clásico es considerado como uno de los mejores jamás realizados y con justa razón, no solamente respeta las bases del génesis de una de las franquicias más icónicas, hubo esmero en rediseñar buena parte de la mansión con acertijos revisados e inclusive una zona completamente nueva, todo para que ni los fans más veteranos se sintieran tan cómodos en esta vuelta al clásico.

El patio es una de las principales adiciones y fue creada para mostrar uno de los paisajes más brutos que se hubieran visto hasta el momento junto a su buena dosis de secretos y puzles.  Puede que esta zona no sea una de las más largas o recurrentes, pero es aquí donde nos espera el acertijo de los medallones para obtener la preciada magnum que ya hace en medio de un cementerio rodeado de cuervos que a la mínima se abalanzarán contra nosotros. Explorando por los alrededores podemos visitar un camino repleto de maleza junto con un paisaje macabro gracias a todos los árboles muertos que guardan en las orillas de la senda y si a esto le sumamos que la banda sonora le abre paso a los sonidos provocados por el viento chocando contra la hierba y la fauna nocturna, tenemos sin duda una de las atmósferas  mejor logradas de la historia.



Lo relevante para mí es el hecho de que, si mal no recuerdo, la primera vez que visitamos esta área está completamente despejada de zombis o criaturas pero la puesta en escena es tan demoledora y tétrica que seguir avanzando con cautela, esperando cualquier sorpresa, es inevitable, se le suma también el desgarrador grito emitido por una bestia que indica la presencia de algo en las cercanías. Al final del camino nos topamos con una cabaña.

La pequeña estructura que se aleja por completo de la imagen cálida y acogedora que tenemos de una cabaña parece ser un sitio seguro, la chimenea está encendida y podemos encontrar una máquina de escribir y un baúl, hasta ese momento se nos ha enseñado que si estos objetos convergen en una habitación nada malo puede pasarnos, el juego sabe perfectamente que tenemos la guardia baja por arribar a una zona supuestamente segura y lo aprovecha para presentarnos a uno de los personajes más  mórbidos de toda la saga. Una vez terminamos de investigar toca regresar sobre nuestros pasos hacia la mansión y justo cuando estamos saliendo se escucha la puerta de la entrada azotarse con fuerza, la música que hasta hace un momento estaba desaparecida empieza a emerger lenta pero con fuerza y a nosotros se nos acaba de romper la idea de los espacios seguros.

Apenas ponemos un pie en la sala principal somos noqueados por una fuerza desconocida, recuperamos el conocimiento instantes después para ver ante nosotros  un ente de silueta encorvada en bata para paciente con la cara cubierta por la representación de la agonía en forma de una horrenda máscara de cuero y que deja entrever su verdadero rostro todavía más aterrador; también vemos que este monstruo tiene las extremidades incapacitadas con grilletes, exponiendo así su cautiverio.


Una vez recuperamos el control tenemos poco tiempo para reaccionar; este nuevo enemigo es sorprendentemente fuerte a pesar de su raquítico aspecto  y un par de golpes son suficientes para matarnos. Por las malas podemos descubrir que el ente no parece ser afectada por ningún arma de nuestro arsenal ni siquiera la poderosa Magnum que en la saga es mítica por su devastador poder es capaz de provocarle una mínima herida.



Ya fuera de la cabaña podemos tomarnos un pequeño respiro para repasar qué acaba de pasar. La idea de las zonas seguras acaba de ser totalmente violada por un enemigo que es inmortal y que  previamente había bastado su mero alarido para ponernos en alerta, se sobreentiende que aquel grito escuchado al abordar el bosque es suyo.

El monstruo inmortal no es otra que Lisa Trevor, la hija de la mente maestra detrás del intrincado diseño de la mansión Spencer, George Trevor. Gracias a los documentos que están repartidos por la inmensa construcción y alrededores descubrimos que el pasado de Lisa es tan triste como lo parece. La familia Trevor fue invitada a la mansión para pasar unas cuantas noches y al final resultó ser una estratagema con la idea de deshacerse del único hombre con el conocimiento para desvelar los secretos de la residencia y así mantenerlos a salvo, que George viniera a la mansión con su familia no estaba previsto y el personal de Umbrella decidió que además de eliminar a la cabeza de los Trevor el resto de integrantes tampoco podía volver a ver la luz del día. Aprovechando que tenían a la esposa e hija de George también cautivas decidieron usarlas como conejillos de indias para sus experimentos.


El destino de la familia se sabe de sobra, George pudo escapar en un principio de sus captores y emprendió la búsqueda de sus seres queridos por la mansión, lo que lo llevó a caer en una habitación que él mismo había diseñado para quedar atrapado y morir de inanición ahí dentro. La esposa de Trevor y su hija, Lisa, fueron  sometidas a toda clase de experimentos y mientras la primera sucumbio durante el proceso, la segunda mostró una impresionante resistencia que la convirtió en el sujeto de pruebas predilecto para el desarrollo del virus G. Los tortuosos experimentos sobre su cuerpo y el perder a su madre mellaron tanto su aspecto físico como su mente al grado de convertirse en un mero cascarón de lo que antes era una persona, conservando solo los instintos más básicos de supervivencia y algunos recuerdos de su madre.

Podemos leer en unos documentos escritos por ella su descenso a la locura que la llevaron al punto de arrancarle la cara a su propia madre que poco antes había quedado inconsciente producto de los experimentos, ella pensaba que la madre era en realidad una impostora. Con la piel arrancada confeccionó una máscara y es esta la que podemos verle portando encima de su rostro con la esperanza de encontrar a su verdadera madre para regresarle la cara que ella misma le quitó.

Teniendo esto en cuenta podemos concordar que la historia de Lisa Trevor es una de las más interesantes de la franquicia y como añadido en el Remake significó la representación de una Umbrella que era capaz de todo para lograr sus objetivos. 

Más adelante nos la volveríamos a encontrar y seríamos partícipes en el desenlace de su historia pero es el primer contacto con ella el que realmente me marcó y pocas veces he vuelto a sentir tanto impacto por una escena en Resident Evil como lo acontecido en esta cabaña.

Y con esto iniciamos el especial de octubre. Tenía algunos meses pensando en hacer esto y ojalá pueda llevarlo a buen puerto. Esta será una de las entregas más largas de toda la lista (que se publicará el 31 de octubre en plan compilado) dado que otros momentos son de apenas unos cuantos párrafos y otros son de varias páginas. Espero que les guste y ojalá compartan en la sección de comentarios qué parte les llegó o asustó más en este gran juego.

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