Muy
bien, hace más de un año anuncié que la PSX empezaría a tener presencia en el
Blog y tal… de momento nomás he reseñado dos juegos y me siento mal conmigo
mismo por la situación, en realidad no… de hecho me vale una puta mierda, pero es
cierto que la cantidad de juegazos disponibles en la primera consola de Sony
amerita voltear a verla un buen rato por juegos como Crash Bandicoot.
No es la primera vez que juego un Crash, en mi niñez recuerdo vívidamente haber avanzado bastante en la tercera entrega, pero jamás había probado antes el inicio de la saga. Crash Bandicoot es un título exclusivo de la consola PSX lanzado al mercado en 1996 y junto a bestias de la talla de Super Mario 64 marcó una época inolvidable al considerarse de los primeros plataformas en tres dimensiones, a pesar de tener ya casi 20 años el juego mantiene muy bien el tipo en muchos de sus aspectos.
La historia relata como el doctor Neo Cortex, el villano del juego, planea a base de ciencia la mutación de animales para crear un ejército que sirva a sus negras intensiones, entre todos los experimentos destaca el de un bandicut que después de lograr evolucionar se encargará de ser el líder de las tropas de Neo Cortex, o sea Crash. Las cosas no salen bien y este desquiciado animal sale despedido del laboratorio de Neo Cortex. Crash impulsado por su novia atrapada en el castillo de donde acaba de salir decide adentrarse de nuevo a peligrosos entornos llenos de…tortugas gigantes… ratas con ametralladoras…plantas carnívoras del tamaño de una puta vaca… y cangrejos, también gigantes.
No es la trama más elaborada pero nos vale madre aquí con Crash uno viene a divertirse y vaya... es una gozada manejar a este cabrón en general. El paso a las consolas de 32 bits con mayor capacidad de procesar polígonos y su puta madre marcó una de las épocas de mayor innovación en la historia ya no solo a nivel técnico, pues en lo jugable la cosa rompió esquemas muy asentados. La gente flipó con Crash, desechando la idea de ser un plataformas de avance exclusivamente lateral para poner sobre la mesa un juego íntegramente tridimensional en el cual podíamos movernos en todas direcciones, por un camino lineal eso sí, pero jugando con esto para afrontar niveles como pocas veces se había visto, por lo menos de una manera tan espectacular y divertida, donde abunda el hecho de iniciar en un punto A y seguir al fondo hasta el punto B.
Crash, aparte de poder moverse a la dirección que quiera, cuenta con un botón de salto y ataque, en comparación con otros plataformas de la época el personaje tiene un abanico no muy amplio de movimientos y acciones… pero no necesita más para ofrecer cantidades insólitas de diversión y desafío. En este título se han evitado complicarse la vida para que desde el momento uno sepamos con exactitud las posibilidades de Crash de manera intuitiva. De la acción del salto no tiene mucho sentido hablar, con el puedes sortear obstáculos, eliminar enemigos y llegar a plataformas elevadas como toda la vida, pero el giro de ataque tiene su chiste. Girar no funciona exclusivamente para eliminar enemigos que de otra forma sería imposible de hacerlo, de hecho me encanta como al golpear un enemigo este sale disparado a la dirección hacia donde nos dirigíamos, matando de paso a otras criaturas hostiles que estaban frente a nosotros o destruyendo elementos para obtener bonificaciones… pero a lo que venía, también sirve para eliminar cajas, algo vital en el juego.
Las cajas…en Crash Bandicoot el mundo está gobernado por cajas, existen cajas a donde quiera que veamos y su presencia además de inusual simboliza algo oculto y extraño que data desde antes de la aparición de los seres primigenios de este mundo…como si ese objeto de 6 caras no perteneciera a este dimensión o representara un ángulo distinto de nuestra realidad, en el cual dentro de ese demencial artefacto de madera aguardan terrores cósmicos imposibles de imaginar con nuestra mente simple, obtusa y carente de imaginación, algo que en realidad agradezco, ni en nuestras peores pesadillas seriamos capaces de conceder semejante abominación desconocida pero latente, amenazadora y real… de hacerlo, entenderíamos que nuestra vida está a merced de fuerzas de increíble poder y enloqueceríamos irremediablemente en el mejor de los casos. Aun poniendo a toda marcha la maquinaria de nuestros miedos y terrores atávicos se le compara a lo que estas cajas guardan… por eso, antes de su despertar, tenemos que destruirlas…sí, destruir cajas es estúpidamente divertido.
En la trilogía original las cajas tienen una importancia bestial, en estas se guardan coleccionables para las fases de bonificación, gemas, vidas y frutas que al obtener 100 se canjean por una vida extra, algunas tiene propiedades únicas como las explosivas, las que sirven de trampolín para saltar muy alto y las de metal que al activar un interruptor permiten el paso a zonas en un principio imposibles de alcanzar. Las cajas según los propios desarrolladores fueron de los elementos finales del juego y además de lo dicho en este mismo párrafo servía para mantener entretenido al jugador destruyendo cosas y evitar que el escenario pareciera muy vacio…bueno, pues la jugada les ha salido maravillosa, amo las cajas, me encanta destruirlas cuando las encuentro en grandes cantidades apiladas, joder… me casaría con una de esas cajas sólo para romperla y escuchar ese dulce sonido de la madera al chocar contra el piso; ergo: las cajas son amor, las cajas son vida y estoy como una puta cabra.
Los coleccionables del juego aparte de ser frutas y vidas también vienen en forma de
Otra cosa que podemos tomar es la máscara. Desconozco el nombre de sea madre pero por ocasiones será nuestra mejor amiga. Poseer la máscara nos da la oportunidad de ser lastimados sin morir y al tomar de manera seguida 3 de estas sin ser tocado nos vuelve invulnerables por tiempo limitado, el suficiente para ponerse puercos y chingarse a todo cabrón que se nos atraviese sin miramientos.
El diseño de niveles me encanta, en total son 32 fases principales que nos ponen en aprietos con situaciones muy variadas, todas se resumen en ir del punto A hasta la meta pero no de la misma manera. Fases que constan en salir pitando mientras una roca gigante nos persigue, escalar a base de cajas rebotadoras una pared gigante, montar en los lomos de un jabalí, mantener la calma dentro de un templo con plataformas móviles, saltar de manera precisa en un puente donde las tablas de madera se caen apenas pisamos entre muchas más cosas viviremos en este juego, también destaco que en ocasiones el juego utiliza un diseño de nivel donde el avance es totalmente lateral jugando con la perspectiva para ocultar caminos alternativos.
En un principio el juego muestra una cara muy amigable y sencilla, uno se lo pasa a toda madre sin mayores complicaciones mientras de manera intencionada morimos para ver las animaciones de Crash, nos sobran vidas así que nos permitimos el lujo de hacerlo y los puntos de control están relativamente cerca entre ellos. El primer jefe es finiquitado en 10 segundos y pasamos a lo siguiente. Conforme los niveles pasan la dificultad empieza a incrementarse de manera considerable y para los últimos tenemos que el más mínimo error nos provoca iniciar desde el principio de la fase pues no encontramos el punto de control hasta bien entraditos en el recorrido. El juego se pone muy complicado y según lo que puedo recordar esta característica se fue diluyendo en las dos siguientes entregas, el primero es entonces el más difícil de la saga –típico- exigiéndonos paciencia y mucha habilidad… ir a lo pendejo como lo hacíamos en los niveles anteriores deja de servir pues algunas trampas y obstáculos requieren esperar que una serie de acontecimientos se presente para pasar, como el hecho de esperar que las plataformas en llamas y una nube de murciélagos no pase al mismo tiempo que nosotros saltamos pues la plataforma donde antes posábamos se ha derrumbado y así.
Pero
el juego no es frustrante para nada, es muy divertido y en lo personal me lo
pasé en un solo día. Pocas pegas existen para este juegazo en el ámbito de su
mecánica, para nuestro tiempo las físicas pueden parecernos raras y pesadas,
algunos saltos pueden dificultarse por este motivo pero en emulador y PSX la
cosa se mueve muy bien sin algún tipo de latencia entre con el control y cosas
raras. La otra pega es la duración del título, son 32 niveles que se acaban en
nada y uno se queda con ganas de más.
En
el aspecto técnico el juego se mantiene muy vistoso pero las cosas como son, se
le notan mucho los años en cuanto a personajes. Los enemigos y jefes finales
son muy simplones y los polígonos son más grandes que mis puños, Crash en este
aspecto sale mejor parado contando con un diseño muy simpático, colorido y en
movimiento la cosa no deja nada que desear. Los escenarios gracias a las cajas
no se sienten vacios y están cargados de elementos cucos como la vegetación de
la jungla o los tallados, antorchas, pilares, etc. que se encuentran en las
aldeas y templos, estando en un entorno tropical veo normal que la variedad de
escenarios se vea afectada por esto y en sus entregas posteriores esto mejoró
muchísimo.
En
movimiento el juego está bien, ignoro si será cosa del emulador pero el refresco
de la imagen en niveles puntuales, como el del jabalí, tiene sus imperfecciones,
mostrando las conocidas líneas que entrecortan la pantalla por menos de un
segundo. Por lo demás la cosa en PC es
muy estable la cosa no baja de los 58-61 FPS, en lo personal no noto molestias
al jugar y no existen parones por sobrecarga de elementos.
La banda sonora está bien sin más, prefiero en general los temas de la tercera entrega pero esta ameniza perfecto el juego, muy acorde con la ambientación con percusiones, vientos y cantos aborígenes... digo, no sabría otra manera de explicar el estilo tan folclórico de las piezas musicales del juego.
Jueguen esta madre si no lo han hecho ya, disponible en PSX, la tienda de PS3 y junto con los todopoderosos emuladores de PC. Sea como sea no se queden sin probar esta joya.
TOTAL: 9
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