jueves, 9 de julio de 2015

Reseña NES: Double Dragon





Muy bien, seguimos dándole caña a los emuladores y he pegado carrera con la NES, así que jugaré títulos de esta plataforma hasta que termine odiándola con todo mi ser… la verdad no creo tardar mucho para esto, para el domingo ya estaré cagándome en la puta madre con otra cosa pues me estoy encontrando títulos que de no ser por los emuladores ni de coña me dignaría a terminar.

De momento no me he encontrado con malos juegos, de hecho la gran mayoría son muy disfrutables y a pesar de tener una mecánica de juego muy simple que para estos tiempos a más de uno les puede saber a poco en este aspecto han resultado ser muy divertidos, pero pasa lo típico. Juegos como Double Dragon tienen el “defecto” de ser muy cortos y para apalear esto se opta por aumentar la dificultad en diversos aspectos del juego que lo hacen el más jodido de la trilogía original disponible en la NES, por no decir que, de todos los terminados en estos últimos tiempos me ha parecido el más difícil.


Double Dragon no es un título nacido en un principio en la NES, previamente en 1987 tuvo su debut en los salones Arcade y gracias a su mecánica de juego totalmente “Beat’em up” se ganó muchísimo público… y el dinero de este claro. La versión de NES ni de puta puede compararse al original en lo técnico, no por eso deja de ser un juego muy decente en este aspecto que con las secuelas se llegó a cotas de calidad muy superiores, venga, los cabrones de se marcaron en su tiempo otro caso similar a lo visto en Super Mario Bros y sus secuela directa, Super Mario 3. Eso sí, ignoro cómo está este título en lo jugable al compararlo con el original… pero está lejos de ser una mierda también.

 

La trama como la gran mayoría de juegos se explica mucho mejor al reverso de la caja o en el manual de instrucciones que en la pantalla. En resumen, Miriam, la novia del protagonista es secuestrada por los Black Warriors… pero joder, lo hacen a lo bruto estos cabrones; a Miriam se la encuentran en la calle y un chulito se acerca para darle un puñetazo en el estómago para a continuación cargar con ella y el resto de su panda de villanos hacia a saber que callejón oscuro para violarla y hacerla pasar por todo tipo de lubricidades. Billy Lee –el protagonista- sale inmediatamente de su casa a pegarse con todo malnacido de la ciudad, claro, ignora a donde mierdas tiene que ir para rescatar a su novia pero por la gracia de los videojuegos tenemos claro que la encontrará pronto, amén.

La mecánica de juego es la típica del género; recorreremos el escenario limpiando la zona de enemigos hasta llegar con el jefe de la fase, le rompemos su madre y a lo que sigue, sencillo. El protagonista cuenta al principio con una cantidad muy limitada de movimientos, pudiendo encadenar patadas o puñetazos dependiendo del botón que pulsemos, además podemos saltar si al mismo tiempo apretamos los dos comandos. También podemos hacer uso de varias armas que pueden ser arrebatadas de los enemigos, son de variedad escasa pero pegan muy duro, ya sea un bate, látigo, cuchillo o dinamita… pero claro, armas como el bate desaparecen por arte de magia apenas avanzamos en la fase a otra sección, todo sea por no hacer demasiado fácil la experiencia debido al abuso de estos objetos.

 

Pero lo realmente interesante viene a continuación. Existe un sistema de progresión que nos hace ganar nuevas habilidades, o sea subimos de nivel y aprendemos nuevas maneras de repartir amor mientras más putazos peguemos. Esto se ve representado como corazones acumulables en la pantalla y después de varias mejoras veremos nuestros combos extendidos, la posibilidad de dar patadas voladoras, codazos, agarras entre otras cosas. El sistema de combate en general es simple pero termina por ser muy divertido… lo malo es que el juego por una serie de decisiones se vuelve muy complicado y pasaré a relatar esto.

Así a bote pronto tenemos el diseño de niveles, únicamente tenemos 4 en todo el juego, la primera mitad ofrece fases de corta duración en comparación con la segunda, muchísimo más largas, con fases de plataformas frustrante y repletas de mini jefes, además de que me marqué la estupidez del día en el nivel 3.  Al final de la fase del bosque te enfrentas a un jefe doble, el mítico Abobo, al filo del colapso nervioso logro reventarlos y decido seguir avanzando por el nivel… mi sorpresa es mayúscula cuando me doy cuenta que le he dado la vuelta a la puta fase y toca volver a repetirla, derrotar de nuevo a los enemigos con la poca vida disponible y cuando  llego al punto donde está el jefe doble que previamente han dejado una abertura en la pared por la cual uno tiene que pasar, me vuelven a lanzar a los dos Abobo.

Volviendo con lo de los niveles tan largos, quejarse sobre esto tendría un mínimo de sentido si se siguiera el típico esquema de iniciar el nivel desde el principio al perder todas las vidas… pero aquí no sucede esto, cuando perdemos las tres oportunidades no existen continuaciones y se vuelve a la jodida pantalla de inicio. Entonces ya… olviden el último párrafo… a la verga, que tenemos que pasarnos el juego de un solo tirón sin segundas oportunidades y vaya, de no jugarlo en emulador con el cual disminuir la magnitud de mis errores seguro estaría atorado aun en algún pinche lado.

 

Los enemigos tiene como particularidad el poder atacar mientras están recibiendo putazos, esto hace tener que pensar mejor cuando abordar los combates. En la lista de maleantes tenemos a los clásicos macarras del primer nivel que se dedican a dar un golpe y se alejan, básicamente funcionan como costal de boxeo para entrar en materia con los movimientos iníciales. Ya los demás cumplen todo tipo de roles, unos atacan con armas arrojadizas, otros no paran de dar patadas o utilizan placajes para derribarnos. Donde más se exige destreza y pericia es con los jefes, hijos de puta, aparte de tener la cualidad de seguir avanzando y dar golpes aun mientras nosotros les pegamos quitan bastante vida y nomás necesitan 10 segundos para tenerte sobre la lona.

El diseño de niveles está lleno de sorpresas… a menudo muy desagradables. Como bien he dicho, los primeros niveles son totalmente lineales y las fases de plataformas son muy simples, pero es llegar al nivel tres y encontrarte con la pesadilla hecha juego. Esta parte que marca el preámbulo de la locura consta de un avance normal con enemigos ya bastante duros y terminar con el mentado enfrentamiento contra los dos Abobos. Lo siguiente es una fase dentro de una cueva, caen picos de piedra y para terminar el desmadre se implementan plataformas que dado a las peculiaridades del personaje se sufre cabrón, para saltar no es lo más preciso del mundo y un paso en falso o ser impactado por un enemigo significa perder una de las únicas tres vidas… duele perder algo que después de 2 fases completas cuidaste de forma exagerada, por eso uso emulador y me dejo de mamadas.

Para terminar de escribir sobre la mecánica de juego es de mención digna el último escalón antes de llegar al final, un modo horda asqueroso que nos mete a pelear con los sub jefes en binas y con dos jefes de manera consecutiva… un puto horror y de forma definitiva una de las estrategias más rastreras para alargar la vida de un juego. Ya siendo expertos en el juego puedo deducir que en menos de 30 minutos ya lo hemos terminado.

Joder, se me olvidaba, el título no cuenta con modo para dos jugadores simultáneos, un error atroz a mi ver y existe un modo B donde se pueden tener enfrentamientos uno contra uno, es bastante rudimentario y no pasa de ser un simple añadido intrascendente.

Técnicamente no es lo mejor de NES, la cantidad de enemigos y elementos en pantalla es muy pobre, jamás vemos más tres personajes –incluyendo nuestro protagonista- al mismo tiempo. La paleta de colores es viva y vistosa. El diseño de personajes es lo más rescatable, siguen siendo genéricos pero cuentan con algunos detallitos muy logrados. Las animaciones son muy fluidas pero en ocasiones se resienten con parones puntuales. La banda sonora es puro amor en 8 bits, tiene tonadas pegadizas y los efectos sonoros como explosiones y golpes están bien presentes y diferenciados entre sí.

 

El juego en definitiva lo recomiendo, sobre todo si tienes planeado probar también la secuela –mejor en  todo sentido- no será perfecto, tiene secciones de plataformas mal implementadas y como he dejado impreso en toda la entrada algunas decisiones para subir de forma artificial la dificultad me parecen poco menos que maléficas.

TOTAL: CLASE A

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