domingo, 17 de agosto de 2014

Reseña SNES: Donkey Kong Country 3

 
Donkey Kong Country 3 es un juego de los muchos que me hacían falta por completar, tenía años posponiendo ponerme realmente serio con el hasta hace pocas semanas. Lo que me he encontrado en esta aventura es digno de mención pues no solo me he divertido de lo lindo, sino que también he notado una maestría inmensa a la hora de diseñar niveles, todos inspiradísimos y con una curva de dificultad creciente muy ajustada permitiéndote ganar un poco de experiencia en unos niveles iníciales sencillos hasta llegar a las últimas instancias, un verdadero golpe con mazo en el rostro dejando a estos primeros compases como una suave y agradable caricia en la mejilla.

Siendo el final de la trilogía original de SNES podemos ver en este juego el máximo perfeccionamiento de la fórmula, las mecánicas de juego están mejor que nunca, la música nos ha dejado temas memorables y tanto en gráficos como en arte cuenta con una calidad avasalladora,  uno podía pensar que después de dos entregas una tercera expediría un olor a quemado pero no, al igual que sus antecesores logra diferenciarse lo bastante y vamos, que falta de inspiración no han sufrido para nada. Aun así la base se mantiene intacta, la esencia es la misma pero no llega a niveles de hartazgo y siendo sinceros al final el juego me dejó con ganas de más teniendo en cuenta que contenido no le falta.

Lo sé, he repetido en tan solo un párrafo millones de veces como las cosas que hacen los anteriores juegos de la saga bien pinches chidos siguen igual en esta entrega sin perder frescura o encanto, no soy muy afín a la vieja idea de “Si no está roto no lo enmiendes” pues en ciertos géneros como los de lucha o en el mismo ámbito de las plataformas como la saga New Super Mario Bros esto me llega a aburrir, pero aquí no es el caso y todo se lo debo a niveles ágiles, divertidos, variados y muy ingeniosos, entremos de lleno al post.



Donkey Kong Country 3 es un título perteneciente a la última horneada de SNES conviviendo ya con la N64, tan así que inclusive aparece la consola de 5ta generación como un pequeño guiño. Bueno, al ser ya de lo último ofrecido por Nintendo en cuanto a títulos de este género resulta ser una de las experiencias cumbres de la SNES, las mecánicas de juego vistas en los anteriores DKC, juegazos también, son retocadas ligeramente y los añadidos nuevos resultan insustanciales.

Pero primero lo importante. El control de los personajes es exquisito, teniendo a nuestra disposición dos personajes que si bien funcionan de la misma manera pues con cualquiera se puede pasar perfectamente todo el juego cuenta con características diferentes.  La pequeña Dixie cuenta como habilidad principal el poder planear por los aires gracias a su cabello, con este mismo puede agarrar barriles y esto  nos facilita las cosas contra enemigos aéreos pues estamos menos expuestos al tener el contenedor arriba de nuestra cabeza; Kiddie en cambio es una versión casi idéntica de Donkey Kong, contando con la posibilidad de rodar y derribar enemigos. Aparte de los movimientos individuales tenemos uno donde se involucran ambos, básicamente uno cancha al otro y puede arrojarlo, arrojar a Dixie es útil para alcanzar lugares altos mientras que Kiddie puede ser usado como un arma contra otros enemigos o romper suelo desgastado.


En todo caso y como bien he mencionado no existen diferencias tan cabronas como para notar un hándicap lo bastante pronunciado para mandar a la mierda a alguno de los monos, obvio el uso de alguno facilita las cosas en ciertas fases y tenerlo mejor cuidado es preferible a enfrentar obstáculos sin esa ayuda extra que significaría manejarlo.

El diseño de los niveles es algo simplemente impactante, con un diseño inteligente y riquísimo pocas veces visto inclusive en juegos de actual generación. Básicamente cada nivel es un mundo diferente, regido por sus propios elementos e irrepetible, de verdad, esto me ha sorprendido muchísimo pues uno se podría esperar que si bien no cayeran en la repetición constante del mismo tipo de obstáculos o retos estos estarían presentes en un buen puñado de niveles pero no es así. De esta forma nos topamos con fases que son cremita de la buena:  Una carrera cuesta arriba dentro de arboles gigantes para evitar una sierra ascendiendo, un nivel marino donde más nos vale alimentar a un pez acompañante para que este no se enoje y nos pegue una mordida, recorrer una compleja red de alcantarillas con un gas que afecta la caída, otros donde las lianas tienen el completo protagonismo, una persecución por un enjambre de insectos o como un misterioso francotirador nos asedia con la mirilla visible en la pantalla mientras avanzamos son unos de los muchos niveles a completar en este juego.

La dificultad es perfecta, al principio todo puede parecer muy sencillo pero conforme vamos descubriendo nuevos lugares en el mapa estos se tornan más complicados y largos, no necesitamos contar con algún atributo en específico en general… se necesitan todos, la paciencia, agilidad, precisión e ingenio son fundamentales para salir airosos de auténticos sitios donde nos quieren fritos ya sea el mismo diseño del nivel o enemigos con muy mala baba.

Ocultos en todos los niveles están las celebres fases  “bonus” donde el recolectar objetos especiales, llegar a la meta antes de un tiempo determinado o derrotar a todo bicho se nos recompensará con monedas para gastarlas.


La diferencia más sustancial respecto a las anteriores dos entregas es el mapa para acceder a los diferentes puntos donde la acción toma lugar, esto da un componente ligero pero muy agradecido de exploración pues tanto en este gran mapa como ya dentro de las zonas particulares encontramos a los platanájaros – pájaros con forma de banana que no se llaman así pero me la pela muy fuerte-  y las cabañas atendidas por unos simpáticos osos con los cuales se pueden comprar cosas con las monedas encontradas en nuestra aventura.

Esta libertad, aunque sea mínima nos permite inclusive elegir en qué orden acabar los niveles pues en varios momentos dos zonas son desbloqueadas al mismo tiempo y gracias a que se puede entrar o salir a voluntad del mapa tenemos esta opción muy presente. En relación al mapa destaca nuestro vehículo, una lanchita que debe ser modificada con los ítems sueltos por varios jefes para alcanzar cada vez más lugares que en un principio son inalcanzables por barreras naturales como rocas o cascadas.

Los jefes finales son también fruto de un estupendo trabajo, cada uno cuenta con una estrategia bien diferenciada del resto y los últimos nos ponen las cosas complicadas, sobre todo el jefe final. Requiriendo de varios golpes para derrotarlos y con esquemas de movimiento y ataques cambiando en cada ocasión.

Dicho todo lo anterior no queda más que decir algunos detalles leves, como el manejo de diversos animales con sus propias habilidades, una araña que escupe redes, un elefante que succiona y dispara agua, un pez espada ágil y letal o diversos tipos de pájaros. Como detalles también destacar el sistema de guardado, en lugar de estar esparcidos como puntos de control después de completar determinada cantidad de niveles podemos acceder a las cuevas donde se guardan nuestros progresos cuando queramos.


Toda esta parafernalia en conjunto nos deja un juego delicioso a más no poder, tanto así que es casi obligación de aquellos que se dignan a llamarse a sí mismos fanáticos de los videojuegos no solo completarse este juego, no señor, toda la puta trilogía original para quedar claro lo que sí es bueno, teniendo tantos sistemas para jugarlo como la SNES, GBA, Wii o un mismo emulador conseguirlo no será problema alguno, disfrutarlo tampoco.

Puta madre, se me había olvidado la historia, pero estaba tan encantado con lo divertido que pasé desapercibido, total, la cosa es sencilla. K. Rool quiere robarse los plátanos del lugar, pero para quitarse de pedos secuestra a Donkey y Diddy Kong, dejando a Dixie y el “pequeño” Kiddie como los únicos que pueden salvarlos… fin.

Los gráficos llevan a tope las capacidades de la SNES con unos personajes dotados de increíble fluidez y viveza,  el mejor ejemplo de esto son los propios protagonistas  notándose muchísima suavidad a la hora de moverse y realizar todas las acciones, prácticamente el juego va como la seda todo el tiempo y eso que escenas llenas de explosiones o enemigos en jaque no faltarán. Hablando de enemigos destaca también su diseño, sumamente originales y esto mismo los dota de gran carisma, el tema principal notorio en estos son las partes mecánicas, engranajes, ruedas y toda una serie de cambios nos ofrece a enemigos ya vistos en entregas anteriores  “tuneados”.

Los escenarios son estúpidamente detallados y se nota lo bien que se explotó la SNES aquí, venga, que la consola seguramente chilla a la hora de ejecutar semejante monstruo pues tanto personajes, objetos en pantalla y fondos dan una sensación tridimensional brutal, pero siguiendo con los escenarios estos muestran una paleta de colores completísima, niveles con tonos oscuros, fríos, cálidos, brillantes…. Toda la amalgama representada en el juego.  Las locaciones naturales e industriales son tremendas y algunos niveles como la acerera dejan a uno con los ojos como platos. De verdad que con este juego se han lucido, ventiscas, un filtro para dar sensación realista al fondo marino, rayos, lluvia y demás engalanan al juego.


La banda sonora es un portento de cuidado, nos ofrece temas memorables simulando de forma magistral piezas con trompetas, guitarras o de índole electrónica. Las voces y efectos sonoros también se han conservado bien, claro, han envejecido un buen dando esa sensación enlatada pero no significa que esto empañe el buen trabajo, uno entiende las limitantes de la consola y no estamos en plan para pasarnos de verga.

Pues ya está, si no ha quedado claro aquí mismo se los digo: PRUEBEN Y TERMINENE TODO EL PUTO JUEGO, es uno de mis favoritos sí, pero también, de forma objetiva claro,  lo veo como el broche de oro para la trilogía de SNES, se que a muchos les costará y se les hará imposible tenerlo tan alto como los primeros dos títulos si no han probado este último pero se los aseguro, toda la esencia de DKC se mantiene pura.
Por hoy no tengo nada más que decir, espero leerlos pronto a todos.

TOTAL: 10

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