Se
veía venir y la tentación era demasiada para no otorgarle un lugar
a uno de los momentos más clásicos del terror, concretamente el de
uno de los jumpscare más vividos por la comunidad de jugadores
durante su infancia.
Super
Mario 64 es un juegazo que se caracteriza por su tono alegre y
simpático, de ahí que las situaciones que se desmarquen un poco
tiendan a notarse un huevo; el ejemplo perfecto es la morena del
nivel “Jolly Roger Bay” donde su enorme tamaño y aspecto rudo
fue tema principal de muchos usuarios que destacaban lo
“aterrador”que se veía.
Si
un solo bicho ya impactaba, no digo ya la impresión de todo un nivel
con temática de miedo:
La
mansión embrujada es una puta genialidad se vea de donde se vea.
Este nivel está planteado para jugarlo como una casita del terror
donde en cada puerta encontramos un obstáculo o enemigo nuevo a superar de manera única. Desde los conocidos fantasmas, ojos gigantes que no dejan de
mirarnos, un carrusel en el sótano o ataúdes embrujados; todos
necesarios de visitar si queremos obtener el 100% de este mundo.
Para
materializar una estrella en específico tenemos qué obtener 8
monedas rojas desperdigadas por el nivel, lo ya visto antes vamos. En
la mansión destaca la presencia de una de estas monedas por estar en
una habitación que cuenta únicamente con un piano de cola en una
esquina. La ansiada moneda roja está justo detrás de este piano,
iluminada por la luz de la luna proyectada desde la ventana, pero
justo al acercarnos para tomarla pasa lo siguiente:
El
jodido piano cobra vida para atacarnos mientras sus movimientos
provocan que este objeto poseído emita un ruido similar al de
alguien golpeando con fuerza las teclas sin ton ni son… además del
probable daño el piano nos obligará a salir rápido de la
habitación. Se vale tomarse un momento.
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