miércoles, 9 de octubre de 2019

Día 9: Andross (Star Fox 64)

 



Aquí viene otro pequeño trauma de la infancia. Yo jamás tuve una N64 propia pero los lector más asiduos saben que en casa de mis abuelos teníamos una de estas para uso de todos los primos y entre lo que más gustaba jugar era Super Mario 64, Diddy Kong Racing, Toy Story 2 y claro, Star Fox 64.

Realmente nuestra camada era la primera que empezaba a familiarizarse con los videojuegos, es más, la N64 fue la única consola que llegamos a conocer durante varios años y no se puede decir que fuéramos hábiles en esa época, más bien todo lo contrario. Dominar un juego era trabajo de meses y con Star Fox no fue la excepción. Me costó mucho llegar a Venom en su ruta más sencilla y ya ni les cuento de ir por la ruta más difícil. Como fuese, la última misión del juego consiste en llegar a las entrañas de la base del malvado Andross, que está detrás de la invasión de todo el sistema, y detenerlo a toda costa.

Mi yo de 6 años estaba listo para la batalla final… o eso pensaba hasta que vi a Andross frente a mí:



No un mecha gigante, no una flota de poderosas naves, no un experimento biológico… no señor, una PUTA CARA gigante y sus dos manos que la acompañan junto una ost salida del jodido inframundo:



A diferencia de lo que me pasó con Lagarto en Spider Man 2, apagué la consola del susto, aquí aguanté como un campeón (curioso porque era más joven entonces) y le di candela mientras sentía mi corazón a punto de salir del pecho. Realmente me impresionó y angustió ver el rostro en todo su esplendor y todavía quedaba una segunda fase de la batalla. Al dañar suficiente a Andross este es destruido para enseñar el esqueleto robótico de la cabeza, en este punto ataca abalanzándose contra nuestra nave de manera errática hasta que es por fin destruido.

La anécdota terminaría aquí sino fuera porque después, jugando la ruta difícil, descubrimos que el combate contra Andross podía ser muy diferente. En esa ocasión el combate inicia con normalidad… pero en lugar de dar paso al esqueleto robótico con el que ya estaba familiarizado emerge con su verdadera forma:



No es más que el sistema nervioso central, utiliza sus ojos como misiles teledirigidos y además puede lanzar proyectiles en racimo y puede pillarnos con los nervios para hacernos muchísimo daño. El puto Andross me la volvió a jugar y ahora en un combate más complicado que recompensa con uno de los finales más geniales de mi infancia, menos mal.



Como curiosidad decir que Andross sí está relacionado con uno de los recuerdos más perturbadores de toda una generación, aunque no este de N64. Me refiero al video de “Obedece a la morsa” donde la inquietante y poligonal figura que abre este video no es más que Andross pero en su versión de SNES, no se rían... en mis tiempos esto daba miedo:

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