viernes, 11 de octubre de 2019

Día 11: El refugio de Black Lake (Condemned 2)

 


La investigación de Ethan para descubrir qué hay detrás del asesinato de un colega suyo lo lleva a meterse en sitios cuanto menos curiosos para un juego de acción con mecánicas propias de un brawler. Un hotel abandonado ocupado por pandilleros y drogadictos, una estación de policía donde somos víctimas de extrañas visiones o un museo que está siendo saqueado por la peor calaña de la ciudad, pero nada como lo que Black Lake le deparaba.

El nivel inicia en medio de un bosque nevado, Ethan está completamente solo y sin perder tiempo inicia su exploración. No le toma mucho tiempo encontrar una pista:

 

Una extremidad humana sin su dueño descansa encima de la nieve teñida de rojo y mientras nuestro protagonista se encuentra en la escena del crimen se escucha a lo lejos un poderoso rugido. Sin tiempo para pensar, Ethan avanza hasta encontrar una finca aparentemente abandonada y logra escabullirse dentro gracias a un enorme boquete que conecta con el interior. Lo primero que vemos es al dueño del brazo que dejamos atrás:

 

Ya no es seguro que nuestro protagonista se encuentre solo. El boquete da al sótano y este es enorme pero no hay signos de que alguien vivo esté en la casa. La atmósfera empieza a volverse más y más densa, crujidos empiezan a resonar por todo el sitio, la calma prevalece hasta que encontramos otro cuerpo al que le falta medio cuerpo de la cintura para abajo, volvemos a escuchar un rugido pero esta vez mucho más cerca.

Mientras Ethan sube a la planta baja ruidos de lucha empiezan a surgir y damos con un hombre muy mal herido que es inalcanzable desde nuestra posición. El suelo y las paredes se encuentran empapadas de sangre. Algo ya no solo está matando a la gente… se la está comiendo y no tardamos mucho en descubrir que es:





Un enorme puto oso asesino que viene a por nosotros. La aparición repentina de este animal feroz obliga a Ethan a emprender una huida a la desesperada por el interior de la casa hasta que conseguimos una escopeta y volamos unos tanques de gas justo cuando el oso se abalanza contra nosotros.

Esta escena fue de las primeras en ser seleccionadas para su aparición en el especial por ser soberbia. Desde el inicio del nivel se nos advierte que algo malo está pasando; todo el recorrido por el bosque y sótano tan cargado de tensión con pistas dando a entender la existencia de una descomunal fuerza imparable para un grupo fuertemente armado culmina en una explosiva aparición y subsecuente persecución de una máquina asesina engendrada por la naturaleza. El escenario es desolador, la atmósfera está increíblemente conseguida y el trabajo sonoro es excelente.

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