La generación pasada no fue la mejor para el Survival Horror, cierto es que tuvimos entregas de muchísimas sagas consagradas pero prácticamente ninguna llegó a la calidad que su trayectoria exigía. Alone in the Dark llegó con un título bastante irregular, Resident Evil nos sorprendió con una quinta entrega muy continuista y una sexta para el olvido, Silent Hill ofreció el genial reboot Shattered Memories pero también nos castigó con Downpour y Project Zero no tuvo el protagonismo merecido pues la cuarta entrega fue exclusiva de Japón y el remake del segundo no llegó a América. En contraparte las propuestas nuevas fueron recibidas con los brazos abiertos, Ib y Amnesia en el campo del PC llegaron como obras de gran calidad y nació una de las sagas más importantes de la última década, Dead Space.
La
EA de hace una generación sorprendió con una trilogía de juegos de
acción en tercera persona con un fuerte componente de horror, muchos
nos atrevimos a nombrar estos juegos “el verdadero sucesor de
Resident Evil 4”. El divertido, tensó y satisfactorio gameplay fue
una de sus principales bazas junto a la ambientación que tomaba
elementos de películas como Alien, The Thing o Event Horizon para
dar vida a un universo futurista donde los humanos tenían la
desgracia de toparse con una infección proveniente del espacio que
convertía a los enfermos en espantosas criaturas mutantes llamadas
necromorfos.
De
la trilogía la segunda parte es mi favorita y en Xbox 360 lo habré
completado mínimo 5 veces. Durante todo el juego en mi primera
pasada permanecí al vilo del asiento. Desde el inicio hasta
el final la brutalidad de Dead Space 2 me atrapó como pocos juegos
lo hicieron en esa época y son varios los momentos que pueden
considerarse dignos de mención: La masacre en la unidad habitacional
de es todo un drama, con gente corriendo despavorida mientras
huye de una muerte grotesca; el encuentro con el primer grupo de
Stalkers o inclusive toda la secuencia final siendo perseguidos por
un necromorfo inmortal serían válidos de aparecer en el especial…
sin embargo, son los secretos de la escuela quién se queda con el día
de hoy.
Isaac
se ve obligado a desviarse por una escuela primaria y guardería para
llegar a su destino. Sin saber a ciencia cierta que los sonidos que
escuchamos son producto de alucinaciones auditivas o de verdad son
emitidos por el entorno, Isaac empieza a notar llantos de bebés provenientes de todos lados. El disonante aspecto del lugar con el
resto de la nave: lleno de colores, juguetes, aulas y el ambiente apacible
torna toda esta sección especialmente incómoda de pasar; por si no
fuera poco la banda sonora da lugar a una fúnebre nana para poner
los pelos de punta:
Mientras
Isaac transita el pasillo principal, se observa desde una ventana el interior de un salón y para nuestra sorpresa aquí ya hace una superviviente. La mujer se
encuentra llamando a una cosa con fuerte semejanza a un bebé humano... solo que con el detalle de tener una enorme bolsa de color ambar adherida al torso, el extraño infante se acerca reptando rápidamente a la chica y cuando estos se encuentra juntos, en medio de un abrazo, estallan en un mar de sangre y
vísceras que llegan a cubrir la ventada por la que Isaac está
viendo al escena:
La
cosa no pinta nada bien y ahora nos atormentan bebés kamikazes
llamados crawlers. De lejos y de a uno no son peligrosos pero
enfrentarse un grupo de estos en un espacio cerrado puede ser un
dolor de cabeza… y precisamente es lo que abunda en la escuela
elemental. Pasillos estrechos, ludotecas para niños e inclusive un cunero pueden
volverse trampas mortales.
Nuestro protagonista se abre paseo entre estos mórbidos enemigos y llega a la zona más amplia de la escuela, la cancha y auditorio. Fuera de los restos de cuerpos desperdigados por toda esta área no parece que tengamos moros en la costa... ¿Podemos relajarnos un poco?... pues no porque tras las bambalinas del escenario nos espera un destino peor que la muerte:
Les
juro que este jumpscare debe de salir en todo Top de mejores y más
impredecibles sustos en la historia de los videojuegos, es casi una
obra de arte.
La
cancha se presta después para una batalla de tipo horda contra
muchísimos infantes convertidos en necromorfos y solo luego de
liquidarlos a todos podemos escapar de este sitio. A mí me encantó
este momento porque no solo me chifla eso de sacarle el lado oscuro a
sitios como las escuelas, sino también por el hecho de servir de
presentación para un tipo de enemigo tan inusual como lo son los
crawlers; es más, no recuerdo ningún otro juego que haya salido
después que nos obligue a hacerles frente a criaturas con un aspecto tan similar al de un bebé, tiene su mérito y más para una compañía tan importante como EA.
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