Blake
es nuestro protagonista en Outlast 2, durante toda la historia del
título lo acompañaremos en situaciones que superan por mucho los
límites de la locura. Red Barrel Games no se anda con medias tintas
y lo ha dado todo para poner en escena situaciones demenciales y
postales dignas de una película gore de festival europeo donde
termina más gente fuera potando que gente en la sala de la
proyección.
Dentro
de las vivencias que Blake debe soportar para encontrar a su esposa
,secuestrada por un culto instaurado en el marginado pueblo donde
fueron a parar luego de un estrepitoso accidente de helicóptero, no
faltaron persecuciones por psicópatas asesinos en mitad del campo,
revelar los hórridos secretos de los habitantes que los llevaron a
un punto de no retorno y las macabras acciones que el líder de la
iglesia local realizó con el poder que le había sido confiado.
Durante
la trama Blake sufre de constantes alucinaciones que lo llevan a uno
de los lugares donde curso con la etapa más traumatizante de su vida, la
escuela secundaria St. Sybil. Mientras el poblado se caracteriza por
su ambiente sucio lleno de podredumbre y muerte la escuela en
comparación es casi un sitio aséptico en apariencia.
Las
primeras visitas de Blake no muestran mucha acción pero ya el mero
hecho de estar plantado en una escuela católica de noche algo de
miedo sí que da. Pasar por los pasillos de este instituto refresca
la memoria de Blake sobre cosas de suma importancia que por sus
buenas razones enterró en lo más profundo de su mente, pero
conforme la trama avanza los relativamente tranquilos paseos por la
secundaria se empiezan a tornar cada vez más inquietantes.
No
tardamos mucho en sentir que Blake no está precisamente solo en la
escuela y el juego no duda en usar cierto recurso que me ha parecido
sensacional: Sin venir a cuento Blake puede ver (por ende nosotros)
sombras que se trasladan en cuestión de instantes desde las esquinas
de la pantalla; esto en lo personal me puso los pelos de punta en
varias ocasiones porque jamás estuve seguro de ver estas sombras
fugaces de verdad o realmente estaba volviéndome loco, aquí la
cámara en primera persona juega en favor de la inmersión y
atmósfera pero en contra nuestra por decirlo de algún modo.
Eventualmente
las cosas empiezan a salirse de madre y aprovechándose que nuestros
recorridos nocturnos por la escuela son meras alucinaciones el
entorno empieza a deformarse de maneras poco sutiles:
Pero
lo realmente jodido empieza cuando empieza a deambular por la zona
uno de los monstruos más feos que he visto en mi pinche vida:
Les
presento al padre Loutermilch, o por lo menos la representación
enfermiza que Blake guarda de él en su mente y con justa razón.
Conforme avanzamos en el juego se nos desvela que los recuerdos más
fuertes datan de la época de su juventud, cuando era un estudiante
en St. Sybil y se revela la verdadera importancia que Jessica tuvo
para el protagonista… básicamente Blake fue su primer amor.
Durante
uno de estos flashbacks entra en escena Loutermilch, un sacerdote que
labora en el instituto y de carácter severo con los estudiantes;
pero bajo esa pulcra sotana negra y recto porte se esconde un hombre
realmente perverso. Se nos da a entender que Loutermilch ha efectuado
abuso de índole sexual hacia Jessica y en los últimos compases de
la historia se revela que este mismo hombre fue el causante de la
muerte de Jessica. La chica pierde la vida al romperse el cuello
después de sufrir una caída en las escaleras mientras forcejeaba
contra el padre, Blake llega justo después de su muerte y es
intimidado por Loutermilch para marcharse sin decir nada a nadie.
Loutermilch se las arregla para colgar a Jessica con una soga atada
al cuello y hacer pasar el crimen como un suicidio, cosa que
funciona.
En
las alucinaciones Loutermilch es representado como un monstruo
humanoide completamente desnudo, posee múltiples pares de brazos
provenientes de la espalda y de una herida abierta localizada en el
tórax, también cuenta con una enorme lengua que nace de una boca
con la mandíbula totalmente desencajada. Todas estas características
hacen alusión al depredador sexual que es en vida.
El
monstruo del padre hace lo mismo que todo ente en el universo
Outlast… persigue a la gente con cámara filmadora. Más allá de
su aspecto no tiene una característica especial pero sí es
protagonista de algunas de las persecuciones más cardíacas del
título.
Es
cierto que el momento del día de hoy se lo quedan las alucinaciones
de la secundaria en general pero si esto les parece un poco vago les
ofrezco la persecución por la biblioteca como el punto más álgido
de esta locura:
La
corta pero intensa escena tiene de todo: Un enemigo que ha salido de
las sombras y puede matarnos de un solo toque, la caótica
restructuración de lo que antes era una biblioteca normal por un
puto laberinto con pasillos sin salida, la aparición de sombras que
más allá del micro infarto también nos pueden hacer virar a un
callejón por temor a que sea el verdadero monstruo y la cámara de
video que en esta alucinación empieza a presentar fallos de imagen
para entorpecer aún más nuestra huida. La posibilidad de que dando
vuelta en una esquina choquemos de frente con un jodido engendro
ensangrentado y desnudo está ahí.
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