La ruta genocida en Undertale es dura de llevar a cabo; decidirse por este camino significa el ponerse a matar a todo ser que veamos en este mundo y eso lleva su tiempo pues una vez las criaturas entienden nuestro trabajo de ángel exterminador pasarán de querer entablar combate contra nosotros y el protagonista se verá obligado a rastrear a cada monstruo, vivo uno por uno. La única forma de dar por completada nuestra masacre sin sentido es mediante el ya célebre mensaje “But Nobody came” que saltará luego de la animación previa a un combate... pero sin nadie con quién pelear, además la banda sonora pasa de su alegre tono a algo un poquito más oscuro:
Sin
bien el ver la transformación del protagonista a una bestia sedienta
de sangre tiene su toque siniestro, hasta al punto de hacer desistir
a muchos jugadores a seguir por la ruta genocida, he de confesar que
para mí el verdadero momento macabro lo viví en la senda pacifista.
Si
nos comportamos bien durante la historia, podremos en algún momento
acceder a una misión secundaria de Alphys, la científica amante del
anime, ayudarla es importantísimo para que esta salga un rato
del laboratorio a divertirse. Más allá de ser buena gente lo
interesante empieza al descubrir que el laboratorio donde Alphys
trabaja está completamente solo y a nuestra merced para ser
explorado, encontrando mucha tela qué cortar.
El
protagonista encuentra un elevador y, al jugar con el panel, este
empieza a bajar rápido sin control hasta llegar al piso más bajo de
todos, el verdadero laboratorio.
Este
espacio tiene cierto parecido con el laboratorio de Alphys, con la
diferencia de tener muchas más habitaciones qué explorar y estar en
completa penumbra. En el centro del laboratorio se encuentra una
puerta cerrada por cuatro cerraduras electrónicas… está claro
cuál es nuestra siguiente tarea.
El
laboratorio está formado por una sección de encamados, una sala
donde posa una máquina enorme, otra con varios refrigeradores, etc.
La guinda sobre el pastel la ponen unas extrañas criaturas de
aspecto fantasmal que se ocultan en la forma de otros objetos
llamados amalgamas. Las amalgamas tienen una forma... particular;
si nos fijamos bien, podemos distinguir que en realidad el diseño de
estos es una especie de combinación enfermiza de varios
monstruos ya vistos durante la aventura, inclusive los de diseño
completamente inédito tienen como concepto principal una fusión de
varios seres para formar uno solo… también que se llamen
“amalgamas” permite deducir un poco sobre ellos, qué va.
Una
de las amalgamas tiene un diseño bastante llamativo:
Dejando
fuera que está hecha mierda Harry! su diseño está compuesto
por más criaturas en comparación a amalgama, no se puede obviar el hecho de tener la vaga silueta de un monstruo ya visto con anterioridad:
¡Así
es! es bastante similar al monstruo comediante que encontramos en el bosque nevado, de hecho la forma de
vencer a la amalgama es contándole chistes malos sobre la nieve. Si
mal no recuerdo se nos dice de manera sutil que la madre del
comediante murió de una enfermedad… y la criatura semiderretida
que tenemos frente a nosotros parece tener no solo una figura simil,
sino que además “recuerda” los chistes… entonces… solamente
hay que sumar 1 + 1 para deducir qué está pasando en las entrañas
del laboratorio.
Por
todo el sitio encontramos una serie de entradas en páneles con
información la mar de relevante y el resumen es más o menos lo
siguiente: Alphys fue encargada de encontrar la manera de reventar la
barrera que impedía a los monstruos salir del mundo subterráneo;
durante sus investigaciones dio con algo llamado ALMA. El alma es
lo que da energía a la barrera mágica y es lo único que puede
destruirla, sin embargo este elemento solo puede ser extraída de un
ente vivo y esto conlleva a la muerte del portador del alma removida. Sacrificar o usar monstruos moribundos para obtener almas no es suficiente, el alma extraída de
ellos se deshace apenas deja el cuerpo, a diferencia de la que poseen los humanos.
Alphys
tiene la hipótesis de que la determinación de los humanos permite
un alma perdurable y, aprovechando los enfermos que la propia corona
del reino ha proporcionado para la investigación, decide inyectarles
esta determinación para ver si las almas sobreviven a la extracción
más tiempo una vez los monstruos fallezcan. Sin embargo ninguno de
los sujetos muere por lo que la científica no puede obtener las
almas y la investigación se estanca. Alphys
empieza a administrar más y más determinación para preparar el
alma de los sujetos de prueba convencida de que pronto morirán…
pero nada; al contrario, estos empiezan a recuperarse y al final
todos los monstruos se levantan como nuevos.
Alphys
se prepara para dar los malos resultados del experimento pero también
las buenas noticias de la sanación de los monstruos involucrados,
pero la determinación empieza a provocar efectos secundarios. Las
criaturas no pueden tolerar del mismo modo la determinación que un
humano, el exceso de esta hace que sus cuerpos literalmente se
derritan. El resultado final de los experimentos de Alphys son las
amalgamas que, además de colapsar y derretirse, empezaron a mezclarse
unos con otros hasta terminar en lo que encontramos en el
laboratorio.
También
existe una amalgama que interactúa con nosotros pero jamás nos
ataca. La extraña criatura aparece solamente dos veces: en una
escena opcional donde nos arropa mientras dormimos en una de las
camas:
...
y otra donde da muy mal rollito:
Conseguir
las cuatro llaves no es difícil, la puerta desbloqueada con estas da
al generador de energía del elevador. Justo cuando restablecemos la
corriente eléctrica aparecen las amalgamas con intención de
atacarnos pero Alphys aparece, logra calmarlas y nos confiesa todo el
percal, al final la científica toma el valor suficiente para
confesar al mundo sus actos.
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