martes, 15 de octubre de 2019

Día 15: Laboratorio oculto (Undertale)

 

La ruta genocida en Undertale es dura de llevar a cabo; decidirse por este camino significa el ponerse a matar a todo ser que veamos en este mundo y eso lleva su tiempo pues una vez las criaturas entienden nuestro trabajo de ángel exterminador pasarán de querer entablar combate contra nosotros y el protagonista se verá obligado a rastrear a cada monstruo, vivo uno por uno. La única forma de dar por completada nuestra masacre sin sentido es mediante el ya célebre mensaje “But Nobody came” que saltará luego de la animación previa a un combate... pero sin nadie con quién pelear, además la banda sonora pasa de su alegre tono a algo un poquito más oscuro:



Sin bien el ver la transformación del protagonista a una bestia sedienta de sangre tiene su toque siniestro, hasta al punto de hacer desistir a muchos jugadores a seguir por la ruta genocida, he de confesar que para mí el verdadero momento macabro lo viví en la senda pacifista.

Si nos comportamos bien durante la historia, podremos en algún momento acceder a una misión secundaria de Alphys, la científica amante del anime,  ayudarla es importantísimo para que esta salga un rato del laboratorio a divertirse. Más allá de ser buena gente lo interesante empieza al descubrir que el laboratorio donde Alphys trabaja está completamente solo y a nuestra merced para ser explorado, encontrando mucha tela qué cortar.



El protagonista encuentra un elevador y, al jugar con el panel, este empieza a bajar rápido sin control hasta llegar al piso más bajo de todos, el verdadero laboratorio.

Este espacio tiene cierto parecido con el laboratorio de Alphys, con la diferencia de tener muchas más habitaciones qué explorar y estar en completa penumbra. En el centro del laboratorio se encuentra una puerta cerrada por cuatro cerraduras electrónicas… está claro cuál es nuestra siguiente tarea.

El laboratorio está formado por una sección de encamados, una sala donde posa una máquina enorme, otra con varios refrigeradores, etc. La guinda sobre el pastel la ponen unas extrañas criaturas de aspecto fantasmal que se ocultan en la forma de otros objetos llamados amalgamas. Las amalgamas tienen una forma... particular; si nos fijamos bien, podemos distinguir que en realidad el diseño de estos es una especie de combinación enfermiza de varios monstruos ya vistos durante la aventura, inclusive los de diseño completamente inédito tienen como concepto principal una fusión de varios seres para formar uno solo… también que se llamen “amalgamas” permite deducir un poco sobre ellos, qué va.

 

Una de las amalgamas tiene un diseño bastante llamativo:


Dejando fuera que está hecha mierda Harry! su diseño está compuesto por más criaturas en comparación a amalgama, no se puede obviar el hecho de tener la vaga silueta de un monstruo ya visto con anterioridad:


¡Así es! es bastante similar al monstruo comediante que encontramos en el bosque nevado, de hecho la forma de vencer a la amalgama es contándole chistes malos sobre la nieve. Si mal no recuerdo se nos dice de manera sutil que la madre del comediante murió de una enfermedad… y la criatura semiderretida que tenemos frente a nosotros parece tener no solo una figura simil, sino que además “recuerda” los chistes… entonces… solamente hay que sumar 1 + 1 para deducir qué está pasando en las entrañas del laboratorio.

Por todo el sitio encontramos una serie de entradas en páneles con información la mar de relevante y el resumen es más o menos lo siguiente: Alphys fue encargada de encontrar la manera de reventar la barrera que impedía a los monstruos salir del mundo subterráneo; durante  sus investigaciones dio con algo llamado ALMA. El alma es lo que da energía a la barrera mágica y es lo único que puede destruirla, sin embargo este elemento solo puede ser extraída de un ente vivo y esto conlleva a la muerte del portador del alma removida. Sacrificar o usar monstruos moribundos para obtener almas no es suficiente, el alma extraída de ellos se deshace apenas deja el cuerpo, a diferencia de la que poseen los humanos.

Alphys tiene la hipótesis de que la determinación de los humanos permite un alma perdurable y, aprovechando los enfermos que la propia corona del reino ha proporcionado para la investigación, decide inyectarles esta determinación para ver si las almas sobreviven a la extracción más tiempo una vez los monstruos fallezcan. Sin embargo ninguno de los sujetos muere por lo que la científica no puede obtener las almas y la investigación se estanca. Alphys empieza a administrar más y más determinación para preparar el alma de los sujetos de prueba convencida de que pronto morirán… pero nada; al contrario, estos empiezan a recuperarse y al final todos los monstruos se levantan como nuevos.

Alphys se prepara para dar los malos resultados del experimento pero también las buenas noticias de la sanación de los monstruos involucrados, pero la determinación empieza a provocar efectos secundarios. Las criaturas no pueden tolerar del mismo modo la determinación que un humano, el exceso de esta hace que sus cuerpos literalmente se derritan. El resultado final de los experimentos de Alphys son las amalgamas que, además de colapsar y derretirse, empezaron a mezclarse unos con otros hasta terminar en lo que encontramos en el laboratorio.



También existe una amalgama que interactúa con nosotros pero jamás nos ataca. La extraña criatura aparece solamente dos veces: en una escena opcional donde nos arropa mientras dormimos en una de las camas:



... y otra donde da muy mal rollito:



Conseguir las cuatro llaves no es difícil, la puerta desbloqueada con estas da al generador de energía del elevador. Justo cuando restablecemos la corriente eléctrica aparecen las amalgamas con intención de atacarnos pero Alphys aparece, logra calmarlas y nos confiesa todo el percal, al final la científica toma el valor suficiente para confesar al mundo sus actos.

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