miércoles, 30 de octubre de 2019

Día 30: Internamiento (Dementium)

 

Dementium es fácil uno de los juegos que más he puesto a parir en este Blog. Hace casi 5 años le metí un reprobado porque a nivel de diseño esta obra es una putísima mierda… pero cuándo lo jugué en su momento logró acojonarme muchísimo.

A pesar de que el primer título de esta saga exclusiva de NDS  por un tiempo (después sufrimos de un port para PC) me pareció desastroso en muchos niveles, se tiene qué reconocer el mérito de aportar al inmenso catálogo de la consola de uno de los géneros con menos presencia en esta, el Survival Horror; además lo hizo con un apartado técnico muy bruto para la pequeña portátil de Nintendo.

Centrándonos en lo importante para el día de hoy; Dementium lo jugué muy jovencito, en esa época no tendría ni un año que había completado mi odisea con Resident Evil Remake, y recuerdo que desde la cinemática de inicio yo ya estaba bien calentito.

Luego de una escena donde nuestro protagonista ingresa al hospital psiquiátrico atado en una silla de ruedas mientras recorre pasillos repletos de monstruos despertamos en nuestra habitación. Pensando que todo ha sido una pesadilla observamos a nuestro alrededor para percatarnos el estar en medio de una copiosa tormenta; frente a la puerta encontramos un cuaderno con una leyenda escrita “¿Por qué lo hiciste?” y una tomado la libreta salimos del cuarto. Ya fuera nos topamos con un desolador panorama, lo que parecía un mal sueño ha resultado ser una horrenda realidad, prácticamente todo el hospital está destruido y parece que tanto el personal como los pacientes han sido asesinados por una suerte de hombres mutantes con claras señas de ser internos del hospital.

Lo que más me puso tenso fue la oscuridad que el juego maneja, apenas podemos ver lo que tenemos a unos cuantos pasos delante nuestro y por algunos minutos nos enfrentamos a las fuerzas del mal en completa penumbra. El apartado técnico ayuda muchísimo para mantener esa sensación de desasosiego con unos entornos oscuros y sucios,amén a algunos efectos resultones como los rayos que iluminan los cuartos por unos instantes o las gotas de lluvia chocando incesantes contra las ventanas del edificio. Cierto es que al tiempo los entornos se tornan repetitivos y pierden fuerza… pero por lo menos durante esos primeros instantes deja unas impresiones inmejorables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario